XALAPA SE ARRODILLA ANTE EL ESPECTÁCULO: EL BERRINCHE DE DANIELA GRIEGO REVELA EL ROSTRO REAL DEL PODER QUE VIENE
Por Reportaje Veracruzano
11 de diciembre de 2025
La capital veracruzana presenció anoche un episodio político tan pequeño como revelador. No fue parte del informe del alcalde Alberto Islas; fue el show paralelo, innecesario y profundamente preocupante protagonizado por la alcaldesa electa, Daniela Guadalupe Griego Ceballos, quien decidió convertir un acto institucional en un examen de su ego. Lo reprobó rotundamente.
Porque Xalapa esperaba señales de madurez política, pero obtuvo un berrinche. Esperaba una figura de Estado, pero se topó con una funcionaria incapaz de soportar que su silla no fuera la “correcta”. Lo que ocurrió no es anecdótico; es un aviso.
UNA SILLA QUE DESNUDÓ UNA PERSONALIDAD
Durante el 4º Informe de Labores de Alberto Islas, las primeras filas fueron ocupadas —como manda el protocolo más elemental— por representantes del Poder Judicial, Legislativo, militares, empresarios y familiares del alcalde. A Daniela Griego, alcaldesa electa, le correspondió una segunda fila.
Ahí detonó todo.
Incapaz de procesar que no era la protagonista del evento, y contrariada porque los reflectores no estaban alineados a su vanidad, Griego decidió abandonar su asiento asignado y colocarse donde ella creyó que “merecía estar”: al lado de los líderes sindicales. Su fotógrafo —quien ya suena como el próximo jefe de Comunicación Social, aunque no sepa redactar ni una cuartilla— se apresuró a capturar la escena para “documentar” su cercanía con los gremios.
El problema: nadie le cedió el lugar.
Y la prensa, como es habitual, terminó amontonándose justo encima de su silla, ignorándola. Un baño de realidad que la futura alcaldesa no toleró.
UNA SALIDA QUE HABLA MÁS QUE MIL DISCURSOS
A mitad del informe, y sin esperar a la conclusión de un evento institucional que su investidura le exigía respetar, Daniela Griego se levantó, lanzó un gesto a su fotógrafo y salió del recinto en un desplante que dejó a todos atónitos.
Ni un adiós.
Ni una explicación.
Ni una muestra mínima de urbanidad política.
La conducta —más propia de una funcionaria sin formación que de una futura presidenta municipal— retrata con crudeza el carácter que gobernará Xalapa durante los próximos cuatro años, si nadie pone límites.
UN ANTECEDENTE QUE PREOCUPA
Quienes han tratado con Griego lo saben: la alcaldesa electa llega a la administración con una lista de confrontaciones innecesarias, exigencias fuera de lugar y un estilo que raya en el autoritarismo impulsivo. En semanas recientes, ha presionado al gobierno saliente hasta para revisar botes de basura, sin encontrar anomalías, pero dejando un rastro de fricciones que revela más de ella que de los procesos municipales.
Se suma la sombra de sus operadores:
—El exdelegado Manuel Huerta, experto en manipular estructuras.
—El exalcalde Hipólito Rodríguez, cuya gestión dejó a Xalapa sumida en rezagos.
—Un equipo improvisado que responde más al culto a la personalidad que a un proyecto de ciudad.
Con esta mezcla, lo ocurrido anoche no sorprende. Preocupa.
¿ESTO ES LO QUE ESPERA XALAPA?
El berrinche de Daniela Griego no es sólo el mal momento de una política soberbia. Es un anticipo. Un síntoma. Una advertencia.
Si una simple asignación de asientos provocó semejante desplante, ¿cómo actuará ante situaciones de verdadera tensión?
¿Cómo reaccionará cuando enfrente crisis reales?
¿Qué hará cuando el poder no se ajuste a sus expectativas?
¿Y cómo gobernará una ciudad tan compleja como Xalapa alguien que pierde la compostura por una silla?
La capital no necesita una figura frágil ante el protocolo ni una autoridad que confunda gobernar con ser aplaudida. Necesita carácter, inteligencia, oficio y estabilidad.
Ayer, Daniela Griego mostró exactamente lo contrario.
Xalapa deberá prepararse: lo que vimos fue apenas un ensayo del estilo que podría marcar una administración que, desde antes de comenzar, ya amenaza con el desorden, la soberbia y el autoritarismo emocional.
Redacción Reportaje Veracruzano
