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Veracruz: siete años después, el millonario sistema de videovigilancia sigue entre pleitos y promesas

Xalapa, Ver. – Han pasado ya siete años desde que el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares presumió la instalación de un “sistema de videovigilancia de última generación” para blindar la seguridad en Veracruz. La inversión fue de mil 100 millones de pesos y se prometieron mil 695 cámaras distribuidas en puntos estratégicos del estado. Sin embargo, en 2025 el resultado es desolador: el sistema no opera al cien por ciento, permanece bajo litigio y las autoridades actuales reconocen que ni siquiera tienen un dato exacto de cuántas cámaras funcionan.

El secretario de Seguridad Pública, Alfonso Reyes Garcés, fue tajante al ser cuestionado sobre el tema:
—“Está en un proceso legal todavía en curso. No se lo puedo decir (el porcentaje)”.

Con esa escueta respuesta, el funcionario confirmó lo que durante años ha sido un secreto a voces: el sistema que se presentó como la gran solución contra la inseguridad, terminó convertido en un problema administrativo, legal y político.

Por su parte, el secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil, reconoció que el entramado judicial mantiene en suspenso la operación plena de la red de videovigilancia:
—“Tengo entendido que sigue un problema ahí… un tema añejo en cuanto a costos, ubicación y contrato”, admitió.

El castigo que no resarce el daño

El Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Veracruz (Trijaev) sancionó al exsecretario de Seguridad Pública del yunismo, Jaime “N”, con 20 años de inhabilitación por el mal uso de los recursos destinados al sistema, además de castigar a tres excolaboradores. Sin embargo, la resolución no soluciona el problema de fondo: la infraestructura tecnológica sigue a medias y el dinero público ya se gastó.

La promesa incumplida

El contrato con la empresa Comtelsat S.A. de C.V. se firmó en 2017 para cubrir más de 21 mil kilómetros cuadrados de territorio estatal con cámaras inteligentes. El objetivo era claro: frenar la escalada de violencia y dotar a Veracruz de una herramienta de vigilancia moderna. La realidad es otra: entre equipos inservibles, ubicaciones ineficientes y litigios interminables, la millonaria inversión se ha convertido en un monumento a la opacidad.

Una deuda con los veracruzanos

El fracaso del sistema de videovigilancia no solo representa un quebranto financiero, sino también una deuda con la ciudadanía que sigue padeciendo altos índices de violencia. Mientras los expedientes legales se empolvan en tribunales y las autoridades eluden dar cifras concretas, la promesa de seguridad permanece rota.

En Veracruz, la gran red de cámaras que debía vigilar las calles sigue siendo, siete años después, un proyecto incompleto y plagado de sombras.


Redacción Reportaje Veracruzano

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