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Morena se lava las manos: Esteban Ramírez intenta deslindar a la alcaldesa de Colipa enredada en escándalo con rancho ligado al narco

Xalapa, Ver., 23 de septiembre de 2025.– El dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, salió al paso del escándalo que sacude a Gabriela Ortega Molina, alcaldesa de Colipa, y lo hizo con una maniobra que huele más a evasiva que a aclaración: aseguró que la edil “no era de Morena” originalmente, sino que se sumó después de haber sido electa.

El deslinde resulta revelador: cuando la Cuarta Transformación presume triunfos, todas las figuras políticas se arropan con sus siglas; pero cuando estalla un escándalo con tintes de crimen organizado, la dirigencia corre a marcar distancia.

“La alcaldesa no olvidemos que se sumó a nuestro movimiento, era de una expresión de izquierda… fue electa y se sumó, y efectivamente ha apoyado la Cuarta Transformación”, justificó Ramírez Zepeta.

El caso Colipa: verdades a medias y versiones encontradas

El caso Ortega Molina mantiene un halo de confusión que, en lugar de disiparse, crece con cada declaración oficial. Primero se dijo que había sido retenida por la FGR en el rancho “Los Quintero”, propiedad de Gil Quintero, presunto sobrino del narcotraficante Rafael Caro Quintero. Después, el Gobierno de Veracruz afirmó que nunca estuvo ahí y que en realidad estaba internada en un hospital.

El problema: no hay pruebas públicas de esa supuesta hospitalización. Ni una sola fotografía oficial, ni un documento mostrado. Solo dichos, que lejos de dar certeza, enredan aún más el caso.

A pesar de ello, el líder de Morena pidió “esperar a que concluyan las investigaciones” y aseguró que su partido será respetuoso. Una postura tibia frente a un escándalo que exige claridad inmediata.

Morena reconoce derrotas… a medias

En otro tema, Ramírez Zepeta aceptó que en Boca del Río “no les fue tan bien”, aunque apostó a que los tribunales les den una segunda oportunidad. En contraste, en Poza Rica presumió los fallos judiciales a favor de su candidata Adanely Rodríguez, aunque reconoció que Movimiento Ciudadano podría prolongar la cadena de impugnaciones.

En total, Morena enfrenta 14 impugnaciones propias y 23 en conjunto con otros partidos, lo que dibuja un mapa de inconformidad que desmiente el discurso del triunfo arrollador.

Silencio frente a la violencia política

Ramírez también lamentó el asesinato de Ramón Valencia, alias “Napito”, ex candidato de Morena a la alcaldía de Coxquihui. Sin embargo, trató de bajar la tensión descartando que otros alcaldes o electos morenistas estén bajo amenaza, pese a que los hechos de violencia contra actores políticos en Veracruz son cada vez más frecuentes.

El trasfondo

El caso Colipa no es un simple traspié: es un boquete político y moral para Morena. Mientras Esteban Ramírez intenta minimizarlo con el argumento de que Ortega Molina “no era del partido”, lo cierto es que hoy gobierna bajo las siglas de la 4T y su cercanía con Morena es innegable.

El verdadero problema no es solo si la alcaldesa estaba o no en el rancho de un clan ligado al narco. El verdadero problema es que la narrativa oficial está llena de vacíos, contradicciones y verdades a medias, y la dirigencia de Morena parece más interesada en salvar su imagen que en dar explicaciones contundentes a los veracruzanos.


Redacción Reportaje Veracruzano

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