Asaltan Banco del Bienestar en Nogales: un atraco que exhibe la fragilidad de la seguridad bancaria

Nogales, Ver. — Eran pasadas las 4 de la tarde de este jueves cuando la rutina en el centro de Nogales se quebró en segundos. Un hombre solitario, cubierto con gorra negra, pantalón oscuro y cubrebocas, irrumpió en la sucursal 60751 del Banco del Bienestar, en la colonia Aquiles, y con un arma en mano transformó una jornada de ventanilla en un episodio de terror.
Testigos relatan que el sujeto golpeó con violencia la pistola contra el mostrador, un gesto que desató el pánico entre cajeras y clientes. Bajo amenaza, ordenó a una asistente —que en ese momento atendía la fila de usuarios en la puerta— entrar al área restringida de cajas y entregar el efectivo del día. Nadie opuso resistencia. El dinero fue entregado en segundos y, con la misma calma con la que entró, el asaltante salió caminando hasta perderse entre la multitud que transitaba rumbo al balneario de Nogales.
Crisis nerviosa y ausencia de respuesta inmediata
Las trabajadoras de la institución sufrieron crisis nerviosa tras el asalto. Aunque no hubo heridos, la escena dejó en evidencia la vulnerabilidad del personal bancario frente a la delincuencia. La suma exacta del botín no ha sido revelada por las autoridades ni por la propia institución.
Elementos de corporaciones policiacas arribaron minutos después, cuando el delincuente ya había desaparecido sin dejar rastro. Una vez más, la reacción tardía se limitó a tomar testimonios y acordonar el área.
La fragilidad del Banco de Bienestar
El atraco a esta sucursal del Banco del Bienestar reabre el debate sobre las medidas de seguridad en estas instituciones, que desde su creación han sido blanco frecuente de asaltos en diversas partes del país. Sin personal armado, con sistemas de vigilancia precarios y con sucursales que suelen ubicarse en zonas de alta circulación, se han convertido en objetivos fáciles para la delincuencia.
Una impunidad que cansa
Vecinos de Nogales señalan que no es la primera vez que ocurren delitos de este tipo en la zona. La facilidad con la que el asaltante caminó tranquilamente tras llevarse el dinero, sin ser detenido en su trayecto, refleja no solo un golpe a la confianza ciudadana, sino también un cuestionamiento directo a la capacidad del Estado para garantizar seguridad, incluso en un banco federal.
En Nogales, el robo al Banco del Bienestar no fue solo un asalto: fue una radiografía del miedo cotidiano y de la impunidad que se ha vuelto parte de la rutina.
Redacción Reportaje Veracruzano