PERSECUCIÓN, BALACERA Y VEHÍCULOS BLINDADOS SACUDEN A SAYULA DE ALEMÁN

El sur de Veracruz vuelve a arder: la violencia se enseñorea mientras el Estado permanece rebasado
Por Redacción
Sayula de Alemán, Ver.– La tarde de este sábado, el infierno volvió a abrirse paso en el sur de Veracruz. Una persecución infernal, detonaciones de alto calibre y vehículos blindados recorriendo impunemente la autopista Cosamaloapan–Sayula devolvieron a la región la sensación de guerra que el discurso oficial pretende ocultar.
El operativo comenzó cuando elementos de la Policía Estatal detectaron una Suburban con blindaje artesanal. Al intentar detenerla, los ocupantes respondieron con fuego y emprendieron una fuga violenta rumbo a la caseta de peaje. En cuestión de minutos, la carretera se convirtió en un campo de batalla.
Fuerzas de la Sedena y la Guardia Nacional se sumaron al enfrentamiento tras confirmarse que no se trataba de un solo vehículo, sino de un convoy de unidades igualmente blindadas, cargadas con hombres fuertemente armados que disparaban sin distinción y arrojaban poncha llantas para frenar la persecución.
El saldo preliminar es inquietante: un policía estatal lesionado, varios vehículos asegurados —algunos con blindaje artesanal tipo “monstruo”— y bloqueos momentáneos sobre la carretera Sayula–Acayucan. Testigos narran escenas de pánico: comercios cerrando de golpe, familias refugiándose bajo mostradores y automovilistas tirados al suelo, suplicando que las balas no atravesaran sus vehículos.
Este nuevo estallido de violencia no es un hecho aislado. Es el reflejo de un sur veracruzano tomado por grupos criminales que actúan con logística, armamento y descaro de ejército paralelo. Y lo más grave: frente a un Estado que parece incapaz —o desinteresado— en recuperar el control.
Desde hace meses, Sayula de Alemán se ha convertido en sinónimo de violencia, desapariciones y ajustes de cuentas. Las denuncias ciudadanas se multiplican mientras la respuesta institucional se diluye entre comunicados tibios y promesas rotas. Hoy, el sonido de las balas vuelve a recordarle a Veracruz que la paz sigue siendo un espejismo, y que los habitantes del sur siguen viviendo bajo el miedo como norma cotidiana.
Mientras tanto, el despliegue militar permanece en la zona, con retenes y sobrevuelos que intentan contener el caos. Pero la pregunta de fondo —la que las autoridades evaden— retumba con fuerza:
¿Quién gobierna realmente en Sayula de Alemán: el Estado… o el crimen?