VERACRUZ BAJO FUEGO Y AGUA: ASESINAN A EMPRESARIO CITRÍCOLA EN ÁLAMO MIENTRAS LA ALCALDESA BLANCA LILIA ARRIETA PARDO GUARDA SILENCIO ENTRE LA VIOLENCIA Y EL DESASTRE

Por Redacción | Álamo Temapache, Ver., 23 de octubre de 2025.
Álamo Temapache vive su peor hora. Mientras el río Pantepec arrasa colonias enteras, familias enteras pierden su patrimonio y el municipio permanece bajo el agua, el crimen organizado sigue cosechando impunidad. Este jueves, el empresario citrícola Javier Vargas Arias fue asesinado brutalmente por un grupo armado con equipo táctico en plena vía pública, en un hecho que exhibe —otra vez— la descomposición absoluta del norte veracruzano.
El ataque ocurrió por la mañana, en una zona de tránsito cotidiano. Los sicarios llegaron, dispararon y se esfumaron sin que ninguna autoridad municipal ni estatal lograra reaccionar. Vargas Arias murió en el acto. Ninguno de los responsables ha sido detenido.
El homicidio se suma al reciente asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación Nacional de Citricultores, ultimado en Michoacán. Dos líderes del mismo sector ejecutados en menos de una semana. El mensaje es claro: alguien está apuntando contra los pilares de la producción citrícola del país.
Silencio cómplice y vacío de poder
Mientras la violencia se recrudece, la alcaldesa Blanca Lilia Arrieta Pardo se mantiene en un silencio sepulcral. Ninguna postura pública, ningún llamado a la calma, ni una palabra de condena. En Álamo —epicentro nacional de la producción de naranja— la autoridad brilla por su ausencia.
Vecinos y empresarios coinciden: el municipio está abandonado. Ni la alcaldesa ni el gobierno estatal han asumido con seriedad la emergencia que vive la región. Primero, la inundación del Pantepec, que dejó a cientos de familias sin hogar; ahora, un crimen que confirma que la delincuencia controla las carreteras y los campos.
“Estamos solos, ni la alcaldesa ni nadie ha dado la cara. Aquí se gobierna desde el miedo”, expresó un productor citrícola que pidió el anonimato ante las amenazas que, asegura, ya son frecuentes entre los empresarios locales.
El oro verde bajo amenaza
El limón y la naranja —el llamado oro verde de Veracruz— se han convertido en botín de los grupos delictivos. Extorsiones, cobros de piso, secuestros y asesinatos son parte del nuevo paisaje del norte del estado. Los citricultores trabajan bajo amenaza constante, mientras la Fiscalía de Veracruz acumula carpetas de investigación sin resultados.
La institución informó haber iniciado una investigación por el homicidio de Javier Vargas Arias, pero como en tantos otros casos, no hay detenidos, ni avances, ni respuestas.
Un municipio hundido en agua, miedo y omisión
Álamo Temapache se ahoga en dos frentes: por el desbordamiento del río y por la inacción política.
Blanca Lilia Arrieta Pardo, quien debería encabezar el auxilio, permanece muda ante la tragedia. Ni protección civil efectiva, ni control del orden, ni gestión visible frente a la ola delictiva.
El asesinato de Javier Vargas Arias no sólo desnuda la vulnerabilidad del sector citrícola, sino también la ineptitud de una administración municipal que no gobierna ni protege.
Cada empresario ejecutado, cada familia desplazada, cada campo abandonado es un recordatorio de que en Veracruz la vida vale menos que un costal de naranjas, y que mientras los ciudadanos mueren, los funcionarios siguen contando votos, no cadáveres.
Álamo está sumido en una doble catástrofe: una natural y otra institucional.
Y mientras el río baja lento y turbio, el silencio de la alcaldesa Blanca Lilia Arrieta Pardo se escucha más fuerte que los disparos.
Redacción Reportaje Veracruzano



