Caen presuntos narcomenudistas reincidentes en Poza Rica: la sombra de la corrupción en la Fiscalía vuelve a exhibirse

Por Redacción | Reportaje Veracruzano
Poza Rica, Ver. – La historia de la impunidad volvió a repetirse en el municipio petrolero. Tres hombres, ampliamente conocidos por los vecinos de colonias populares como “El Chino”, “El Nikys” y “El Dientes”, fueron detenidos por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) cuando presuntamente se encontraban bajo los efectos de sustancias prohibidas y en posesión de cristal, cuatro teléfonos celulares y un arma blanca. Sin embargo, detrás de este operativo aparentemente exitoso, emerge nuevamente una pregunta que las autoridades parecen no querer responder: ¿cuántas veces más tendrán que detener al mismo delincuente para que la justicia realmente actúe?
Los tres individuos fueron sorprendidos por policías estatales cuando intentaban huir tras ser descubiertos en plena vía pública. De acuerdo con el parte informativo, se les aseguraron varias dosis de droga y objetos que podrían vincularlos a la distribución de enervantes en distintas colonias de Poza Rica.
Fueron puestos a disposición de la autoridad competente, pero el antecedente más alarmante recae en “El Chino”, quien —según fuentes vecinales y registros policiales— ya ha sido detenido en múltiples ocasiones por delitos relacionados con el narcomenudeo, pero extrañamente liberado poco tiempo después, presuntamente gracias a la presunta corrupción interna de la Fiscalía Regional.
Este patrón, que se repite una y otra vez, ha minado la confianza de la población hacia las instituciones encargadas de impartir justicia. “¿De qué sirve que los policías se jueguen la vida si la autoridad los sueltan al día siguiente?”, cuestionó una vecina que, por seguridad, pidió el anonimato.
Mientras la SSP se esfuerza por proyectar una imagen de control y autoridad, los hechos revelan otra realidad: las redes de protección dentro de las autoridades siguen funcionando como un muro de impunidad, permitiendo que los mismos rostros vuelvan a las calles, perpetuando el miedo y la descomposición social.
La dependencia estatal exhortó a la ciudadanía a seguir denunciando, pero la población —cansada de ver cómo los mismos delincuentes regresan a sus colonias— exige algo más que discursos: exige justicia real y castigo ejemplar para quienes, desde dentro del sistema, protegen a los criminales.
Poza Rica, una ciudad que alguna vez fue símbolo de progreso y trabajo petrolero, hoy enfrenta una corrosión moral que no sólo se libra en las calles, sino en los escritorios de aquellos que deberían defender la ley y no venderla.
Redacción Reportaje Veracruzano



