Ejecutan a vecino en Cabo Rojo: la violencia irrumpe en una de las zonas más tranquilas de Tuxpan

Tuxpan, Ver. — La tarde de este lunes, la aparente calma del fraccionamiento Cabo Rojo se rompió con el estruendo de las balas. Un hombre fue ejecutado a plena luz del día, justo frente al condominio donde vivía, en un crimen que deja al descubierto —una vez más— la alarmante fragilidad de la seguridad en este puerto.
El ataque se registró sobre la calle Palancar, esquina con Chankanab, cuando cuatro sujetos fuertemente armados descendieron de un automóvil rojo y subieron hasta el tercer piso del edificio, donde abrieron fuego a quemarropa contra su víctima. El hombre cayó sin vida a pocos metros de su puerta, sin posibilidad alguna de auxilio.
La escena quedó marcada por el eco de los disparos, los gritos de los vecinos y el desconcierto de quienes jamás imaginaron presenciar un asesinato en lo que solía considerarse un refugio de tranquilidad.
Hasta el cierre de esta edición, la víctima permanece sin identificar, aunque las autoridades esperan que familiares acudan a reclamar el cuerpo en las próximas horas. Los agresores, en cambio, se desvanecieron entre las calles del fraccionamiento, sin dejar más rastro que el terror entre los residentes.
Minutos después, elementos de la Policía Municipal, la Marina y la Secretaría de Seguridad Pública implementaron un operativo en la zona, bloqueando accesos y revisando vehículos, pero sin lograr detenciones.
Peritos y agentes ministeriales levantaron los indicios y trasladaron el cuerpo al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para practicarle la necropsia correspondiente, mientras la Fiscalía General del Estado abrió una carpeta de investigación por homicidio doloso.
Vecinos de Cabo Rojo denunciaron el creciente clima de violencia e impunidad que azota a Tuxpan, donde los crímenes se multiplican sin respuesta efectiva del Estado. “Antes podíamos salir a caminar tranquilos; ahora vivimos con miedo”, lamentó una residente que pidió anonimato.
Lo que ayer fue un conjunto habitacional modelo, hoy se ha convertido en un nuevo escenario del terror urbano.
Las balas no solo segaron una vida: rompieron la ilusión de que en Tuxpan aún quedaban zonas seguras.
Redacción Reportaje Veracruzano
				


