El “Paleto” Asaltado en Veracruz: La Indiferencia Oficial Golpea de Nuevo a la Cultura y la Solidaridad

Por Redacción Central RV
Veracruz, Ver.
La inseguridad no respeta ni el arte ni la nobleza de las causas. El popular músico yucateco Juan Carlos Tapia, mejor conocido como “Paleto”, fue víctima de un asalto brutal y artero en territorio veracruzano, donde él y su agrupación fueron despojados de sus instrumentos musicales, vestuario y equipo profesional justo antes de ofrecer un concierto con causa.
El hecho ocurrió durante la madrugada del domingo 2 de noviembre, cuando delincuentes forzaron la puerta del autobús en que viajaba el grupo, llevándose todo a su paso: dos saxofones, un dron, equipo de audio, uniformes y vestuarios. El golpe no solo fue económico, sino emocional, pues el concierto tenía el propósito de recaudar fondos para damnificados por las recientes inundaciones en la región.
Pese a la desgracia, Paleto y su equipo demostraron lo que las autoridades olvidaron hace mucho: solidaridad y compromiso humano. Gracias al apoyo de músicos locales, lograron cumplir con su presentación, evitando que el robo —y la impunidad— detuvieran un gesto de ayuda.
Mientras tanto, el silencio del gobierno veracruzano vuelve a ser ensordecedor. Ninguna autoridad estatal o municipal ha emitido pronunciamiento alguno sobre el caso, ni la Secretaría de Seguridad Pública ni la Fiscalía General del Estado han informado avances en la investigación. Otra vez, el eco de la indiferencia oficial rebota contra los muros de una entidad acostumbrada a mirar hacia otro lado.
Lo sucedido no es un hecho aislado, sino una muestra más del estado de descomposición social y abandono institucional que carcome a Veracruz. En una tierra donde se asalta a músicos que vienen a ayudar, ¿qué esperanza le queda al ciudadano común?
Artistas, seguidores y ciudadanos de todo el país se han volcado en redes sociales para exigir justicia y la recuperación del equipo robado, denunciando que Veracruz se ha convertido en un terreno hostil no solo para los artistas, sino para cualquiera que intente hacer el bien.
Porque cuando la música sufre un asalto y el gobierno guarda silencio, la verdadera pérdida no son los instrumentos: es la vergüenza de un estado que ya no protege ni la esperanza.
Redacción Reportaje Veracruzano



