Arrojan Cuerpo con Huellas de Tortura en la Autopista Cardel–Poza Rica y el Estado Guarda Silencio

Cardel, Ver., 5 de noviembre de 2025 (Reportaje Veracruzano).
El amanecer volvió a teñirse de sangre en Veracruz. A la orilla de la autopista Cardel–Poza Rica, a la altura del kilómetro 93, fue encontrado el cuerpo sin vida de un hombre de entre 30 y 35 años de edad, con claras huellas de tortura. La crueldad del crimen sacudió a automovilistas y reavivó el temor en una región donde el terror parece circular con más libertad que la justicia.
El hallazgo se registró cerca del puente Colorado 1, donde inicialmente se reportó un supuesto accidente. Sin embargo, al arribar los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y Policía Municipal, confirmaron que no se trataba de un percance vial, sino de un homicidio deliberado: el cuerpo había sido arrojado a la orilla del camino, como un mensaje más en el corredor de la violencia que atraviesa el estado.
Vestido con pantalón de mezclilla y playera, el hombre fue abandonado en plena vía pública, con signos de brutalidad que hablan de un castigo meticuloso. Extraoficialmente, se mencionó que podría tratarse de una persona reportada como desaparecida en una comunidad cercana, aunque hasta el momento no hay confirmación oficial ni pronunciamiento de las autoridades estatales.
El área fue acordonada por los cuerpos de seguridad mientras agentes ministeriales y peritos forenses realizaron las diligencias correspondientes para el levantamiento del cuerpo. Pese a la gravedad del hecho, ninguna autoridad estatal o regional ha emitido un comunicado que dé certeza a la población o trace líneas claras de investigación.
La autopista Cardel–Poza Rica, una de las más transitadas del norte de Veracruz, vuelve a figurar en la crónica negra del estado, convertida en escenario recurrente de ejecuciones y hallazgos macabros.
Cada cuerpo abandonado en el asfalto es un recordatorio del vacío institucional, de un estado que observa, pero no actúa, y de una ciudadanía que aprende a convivir con el miedo.
El crimen organizado sigue marcando territorio mientras el silencio oficial se vuelve cómplice. En Veracruz, la autopista de la impunidad no tiene fin.



