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ESCÁNDALO EN CÓRDOBA: JEFA DE PARQUÍMETROS PROVOCA ACCIDENTE, LESIONA A DOS PERSONAS Y SONRÍE COMO SI NADA

Córdoba, Ver.– La impunidad volvió a mostrarse con sonrisa cínica en el rostro del poder. La mañana de este jueves, la jefa de Parquímetros del Ayuntamiento de Córdoba, Iraís Lagunes Parra, protagonizó un aparatoso accidente vial en la avenida 11 y calle 18, cuando —según testigos— se pasó el alto del semáforo conduciendo a exceso de velocidad rumbo a las oficinas municipales.

El resultado: dos personas lesionadas y un automóvil Aveo, placas YTN-823B, seriamente dañado. Pero lo que más indignó a los presentes no fue el accidente, sino la actitud altanera y despreocupada de la funcionaria, quien —según múltiples versiones— se mostró sonriente, relajada y hasta feliz, mientras los paramédicos atendían a los heridos.

“Como si nada hubiera pasado, como si fuera intocable”, declaró un testigo que presenció la escena.

Fuentes locales confirmaron que Lagunes Parra es exnuera del alcalde morenista Juan Martínez Flores, personaje con quien mantiene vínculos políticos y administrativos dentro del Ayuntamiento. Su nombre no es nuevo en los pasillos de la polémica: ha sido señalada reiteradamente por presuntos actos de corrupción relacionados con el manejo de los recursos de los parquímetros, los contratos de balizamiento, la compra de pintura y la reparación de semáforos.

Ahora, al volante de un vehículo nuevo —presuntamente adquirido con recursos que nadie ha sabido explicar con transparencia—, Lagunes Parra se estrelló contra la realidad que intenta esquivar desde hace tiempo: la de su propia soberbia y su aparente impunidad.

El incidente de esta mañana exhibe nuevamente la cultura del privilegio que impera en la administración municipal de Córdoba, donde los funcionarios parecen responder más a sus nexos familiares y políticos que al sentido mínimo de responsabilidad pública.

Mientras las víctimas del accidente fueron trasladadas para su atención médica, la funcionaria continuó en el lugar entre risas, teléfono en mano, sin mostrar un solo gesto de remordimiento.

Córdoba, una ciudad asfixiada por los abusos, la corrupción y los atropellos administrativos, sigue observando cómo sus autoridades convierten la función pública en un privilegio privado.

Y el pueblo se pregunta, con rabia contenida y razón profunda:
¿Cuántos accidentes, cuántos abusos más, antes de que el poder deje de blindar a los suyos?


Redacción Reportaje Veracruzano

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