CAÍDA DE “EL CUCHO”: UNA DÉCADA DE IMPUNIDAD QUE AL FIN COMIENZA A DESMORONARSE

Coatzacoalcos, Ver.— Tras más de diez años de un expediente que olía a impunidad institucional, la detención de Santos “V”, alias “El Cucho”, vuelve a encender los reflectores sobre uno de los crímenes más infames cometidos contra la prensa veracruzana: el secuestro y asesinato del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, raptado en 2014 frente a su familia y hallado días después en una fosa clandestina.
La Fiscalía General de la República logró que un juez dictara auto de formal prisión contra “El Cucho”, señalado como pieza clave del grupo delictivo que, bajo la sombra del gobierno de Javier Duarte, operó con absoluta libertad en Villa Allende y la colonia Ejidal. De acuerdo con investigaciones federales, Santos “V” participó directamente en la privación ilegal de la libertad del reportero, en un ataque que habría sido una represalia por una nota periodística que incomodó a los agresores.
Durante años, este expediente sirvió como monumento al abandono del Estado hacia los periodistas. Mientras la familia de Goyo exigía justicia, algunos de los implicados continuaban prófugos, como si su responsabilidad se hubiese disuelto en el aire. La detención de Santos “V” en Villa Allende rompe esa inercia: ya suman tres los procesados, incluyendo a José Luis “C” y Josué “C”.
Pero no es suficiente. La captura de “El Cucho” no borra una década en la que autoridades estatales y federales permitieron que un crimen contra la libertad de expresión quedara empolvado en archivos y discursos huecos. Este avance judicial es un recordatorio incómodo: la justicia en Veracruz llega tarde, muy tarde, y solo cuando la presión supera al silencio.
El asesinato de Gregorio Jiménez marcó a todo el gremio. La pregunta hoy es inevitable: ¿se atreverá el Estado a ir por todos los responsables o volverá a refugiarse en su costumbre de castigar solo a los eslabones más débiles?
La memoria de Goyo exige respuestas, no simulaciones. Y exige, sobre todo, que esta vez la justicia no vuelva a dormirse otros diez años.
Redacción Reportaje Veracruzano



