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LA RED DE MOCHES EN VERACRUZ: ‘LA CARROÑA’ Y EL SAQUEO PERMISIVO DE LA 4T

Una red de corrupción enquistada en las entrañas del gobierno estatal —y que apuntaría hasta las más altas esferas del poder del partido gobernante— ha sido revelada por fuentes internas: encabeza Fredy Carreño, alias “La Carroña”, diputado de facto del reparto de cargos y recaudador de moches, con complicidad de altos dirigentes de Morena en Veracruz.

El mecanismo: colocaciones, mochadas y complicidades

Según testimonios filtrados al medio que expuso el caso, “La Carroña” ha operado como un verdadero “cobrador oficial” para un grupo influyente dentro de Morena conformado por Esteban Ramírez Zepeta (presidente del comité estatal de Morena), Felipe Castro (secretario de Organización estatal) y Alejandro Sosa (director de RTV). Esos personajes, señalan las fuentes, le han permitido infiltrar decenas de trabajadores en dependencias del gobierno —como la SEDESOL Estatal— a cambio de un “cuota mensual”.

Por lo menos cinco personas contratadas en SEDESOL habrían sido introducidas por Carreño, a quienes exigía 4 mil pesos mensuales. Similar exigencia aplicó a regidoras del municipio de Pánuco, quienes presuntamente debían entregarle 7 mil pesos mensuales.

El esquema, según las denuncias, va más allá del cobro: “La Carroña” se jacta de enviar esos recursos —y otros en especie— a sus protectores: Esteban Ramírez, Felipe Castro, Alejandro Sosa, y también a Luis Arturo Santiago, Secretario del Trabajo en Veracruz, que supuestamente avala estas “colocaciones”.

Dimensión del saqueo: cientos de miles cada mes, lujos y enriquecimiento

El saqueo no es marginal: las estimaciones apuntan a que este grupo de morenistas estaría recaudando entre 700 mil y 800 mil pesos mensuales. Esa recaudación persistente durante años —al menos los últimos siete— habría permitido a “La Carroña” adquirir varias camionetas de lujo, una clara señal de enriquecimiento acelerado mediante fondos ajenos a su sueldo público.

Las víctimas son quienes buscaban un empleo: aceptaban la colocación prometida, firmaban su contrato, pero cada mes sufrían el descuento “recomendado”. Muchos podrían haber perdido su empleo al negarse a pagar; otros, quedar con marcas de lealtad brutal al grupo.

El contexto: un gobierno acostumbrado a la opacidad y el favoritismo

Este caso no es aislado: en Veracruz se han documentado múltiples denuncias de nepotismo, corrupción, desvíos e irregularidades atribuibles a dependencias estatales bajo gobiernos de Morena.

En ese contexto, la presencia en el gabinete estatal de funcionarios con antecedentes polémicos, como exdirectivos de empresas señaladas por sobornos en estructura nacional —ahora reubicados en dependencias clave del estado— añade una capa más de incredulidad sobre la voluntad real de limpiar el gobierno.

Preguntas que exigen respuestas inmediatas

  • ¿Quién financia realmente las campañas políticas en Pánuco y Veracruz si los recursos recaudados vía moches no se destinan a la estructura partidista sino a bolsillos particulares?
  • ¿Qué papel juegan en esta red los altos mandos del partido —Ramírez Zepeta, Felipe Castro, Alejandro Sosa— que habrían habilitado a “La Carroña” como su operador?
  • ¿Cuántos contratos públicos, trámites o plazas están hoy marcadas por este sistema de corrupción silencioso e institucionalizado?
  • ¿Por qué la titular del Ejecutivo, Rocío Nahle, sigue tolerando personal señalado por escándalos de corrupción; personas que llegan del ámbito federal al estatal con cuentas pendientes?

Conclusión: corrupción estructural disfrazada de 4T

El supuesto cambio que ofreció Morena en Veracruz se desvanece ante la evidencia: “La Carroña” y su red demuestran que la corrupción no fue erradicada: simplemente mutó, se adaptó y se consolidó bajo nuevos nombres. Donde prometieron rendición de cuentas, encontraron una red de impunidad, moches, privilegios y enriquecimiento ilícito.

Este asunto debe dejar de ser rumor. Requiere investigación pública, auditoría inmediata, sanciones ejemplares y —sobre todo— transparencia real. La justicia no puede seguir esperando.


Redacción Reportaje Veracruzano

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