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“CHICUASÉN BAJO FUEGO: BODEGA DEL NARCO, VEHÍCULOS ‘FANTASMA’, CRISTAL… Y UN SILENCIO OFICIAL QUE HUELE A COMPLICIDAD”

En Perote, un sindicato exprés se convierte en la nueva sombra del poder y enciende las alarmas por maniobras en lo oscurito

Por Redacción
Reportaje Veracruzano


ACTOPAN: EL PUEBLO QUE DESPIERTA ENTRE BODEGAS NARCO Y DESAPARICIONES QUE NADIE QUIERE EXPLICAR

Chicuasén, Actopan — Un operativo que parecía rutinario terminó revelando lo que todo Veracruz sospecha pero pocos se atreven a decir: la criminalidad no sólo opera en los márgenes… opera en el corazón mismo de las comunidades, protegida por una red de omisiones, silencios y quizá, cómodas miradas hacia otro lado.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública aseguraron una bodega en pleno centro de la congregación de Chicuasén, donde encontraron vehículos, motocicletas y dosis de cristal, presuntamente bajo control de Ernesto “N”, alias “Don Neto 2”, un jefe criminal cuya presencia en la zona era, para los habitantes, un secreto a voces.

Pero el verdadero golpe no fue lo decomisado.
El verdadero golpe fue lo confirmado:

En Chicuasén, la gente desaparece… y nadie, absolutamente nadie, ha dado respuestas.

El propio agente municipal, Epifanio Callejas Muñoz, tuvo que suplicar —literalmente suplicar— la intervención de la gobernadora Rocío Nahle, del titular de la SSP Alfonso Reyes Garcés, y del mando regional de la Guardia Nacional, General Ignacio Murillo, para que por fin volteen a ver lo que desde hace meses revienta por dentro:
un pueblo que pide auxilio mientras la delincuencia marca territorio impunemente.

Habitantes consultados describen un clima que ya no es de miedo, sino de desgaste social, con familias que viven encerradas, rutas que se evitan y autoridades que, en el mejor de los casos, “pasan, miran y siguen de largo”.

El hallazgo en la bodega sólo abrió la superficie de un hoyo más profundo:
¿Quién permitió que el crimen se asentara así?
¿Quién lo toleró?
¿Quién lo protegió?

Preguntas que, como siempre, apuntan hacia arriba… y que nadie en el gobierno ha respondido con claridad.


PEROTE: EL SINDICATO QUE NADIE VIO NACER… PERO QUE YA LO CONTROLA TODO

Como si Veracruz no tuviera suficiente con bodegas del narco, desapariciones y autoridades ausentes, ahora surge un nuevo foco rojo, esta vez en el Ayuntamiento de Perote:
un sindicato creado en silencio, operado en silencio y autorizado —según todo indica— desde las entrañas del poder municipal.

El Sindicato Demócrata Organizado Municipal, integrado por 21 trabajadores, obtuvo su toma de nota casi sin que nadie se enterara.
Hasta ahí, nada fuera de lo normal.

Pero lo explosivo está en la persona que lo encabeza:
una trabajadora de limpia pública que, en cuestión de semanas, pasó de empujar una carretilla a ejercer un poder que “manda más que los directores”, según testimonios internos.

En Perote nadie lo dice abiertamente, pero todos lo murmuran:
la nueva lideresa tiene un vínculo directo, privilegiado y políticamente incómodo con la oficina del presidente municipal.

Que opera con órdenes que no son suyas.
Que da instrucciones que no le corresponden.
Que firma donde otros deberían firmar.

Y mientras surgen estas versiones, otro rumor quema los pasillos:
basificaciones exprés otorgadas “por instrucciones superiores”, orientadas —según denuncian trabajadores— a atar manos, asegurar lealtades y dejar una bomba de tiempo financiera a la siguiente administración.

La pregunta que retumba es demoledora:

¿Es realmente un sindicato…
o es un brazo político disfrazado, creado para operar desde las sombras, presionar, controlar y asegurar continuidad de poder?

En Perote, cada firma ya se revisa con lupa.
Cada nombramiento es sospechoso.
Cada movimiento administrativo huele a maniobra premeditada.

Y lo que dicen los propios empleados no deja espacio para la inocencia:
“Aquí no nace un sindicato sin permiso… y éste nació con protección”.


VERACRUZ, ENTRE LA BODEGA NARCO Y EL SINDICATO FANTASMA

Los dos casos —Chicuasén y Perote— revelan la misma enfermedad:
estructuras locales fracturadas, autoridades superadas o comprometidas, y un Estado que reacciona sólo cuando el escándalo explota en los medios.

En Chicuasén, los criminales desaparecen personas.
En Perote, los sindicatos aparecen de la nada.

Uno opera con violencia.
El otro opera con poder.

Ambos prosperan en el vacío de autoridad.

Y en ambos, la pregunta que la ciudadanía exige responder es la misma:
¿Hasta dónde llega la red de protección?

Porque en Veracruz, cuando algo nace en silencio…
o cuando algo opera sin interferencias…
generalmente no es casualidad.

Es diseño.

Es permiso.

Es poder.

Redacción Reportaje Veracruzano

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