ÁLAMO SE DESANGRA: EJECUTAN A JOVEN FRENTE A SU CASA Y LA VIOLENCIA SE NORMALIZA BAJO LA MIRADA DEL ESTADO

Álamo, Ver.— La violencia volvió a imponerse con absoluta crudeza en Álamo Temapache. La tarde-noche de este martes, un joven fue ejecutado frente a su propio domicilio, en la calle Lizarde de la colonia Unidad y Trabajo, confirmando que en este municipio la muerte ya no toca la puerta: irrumpe a balazos.
Vecinos del sector relataron haber escuchado al menos dos detonaciones. Minutos después, el silencio volvió, ese silencio que solo deja la certeza de que alguien ya no volverá a levantarse. La víctima fue identificada como Luis Adrián E. M., de apenas 22 años, un nombre que se suma a una lista que crece sin freno ni responsables.
Elementos de la Policía Estatal y personal castrense llegaron al lugar para acordonar la zona, mientras se esperaba el arribo de peritos y agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado. El ritual institucional se repite: cintas amarillas, patrullas, fotografías forenses… pero los agresores, como siempre, ya habían escapado.
Lo verdaderamente alarmante no es solo el crimen, sino su contexto. Este homicidio ocurre apenas un día después de otra ejecución, registrada el lunes por la mañana en la calle Justo Sierra, a escasa distancia del nuevo ataque. En aquel caso, la víctima fue José Alberto S., un hombre que se desplazaba en silla de ruedas. Ni la discapacidad ni la cercanía entre ambos hechos detuvieron la violencia.
Dos ejecuciones en menos de 48 horas. Dos escenas distintas, el mismo patrón: impunidad total.
Álamo vuelve a cimbrarse en la recta final del año, mientras sus habitantes observan cómo el miedo se instala en las colonias y la vida cotidiana se vuelve rehén del crimen. La pregunta es inevitable y profundamente incómoda: ¿cuántos muertos más necesita Álamo para que la autoridad deje de reaccionar y empiece a prevenir?
Hoy fue Luis. Ayer fue José Alberto. Mañana, si nada cambia, el nombre podría ser cualquiera.
Redacción Reportaje Veracruzano



