Veracruz, Ver. — La situación legal de Antonio del R. A., exdirigente del PRD en Veracruz y actualmente preso en el Penalito de Playa Linda, se agrava aún más. A los cargos que ya enfrenta por homicidio en grado de tentativa y amenazas, se suma ahora una nueva orden de aprehensión por su presunta participación en un secuestro ocurrido en 2020 en la colonia Las Bajadas.
Un secuestro ejecutado con violencia
De acuerdo con la investigación ministerial, la víctima, H. L. S., acudía a entregar computadoras cuando fue interceptada. Un testigo clave afirmó haber visto, al salir de una tienda, cómo el exdirigente sometía al joven utilizando un arma de fuego, con la cual incluso lo golpeó en la cabeza.
La propia víctima declaró que fue obligada a abordar una camioneta y mantenida bajo amenazas mientras el acusado lo trasladaba por diversas calles de la ciudad. Durante el trayecto, Antonio del R. A. habría llamado a la familia del agraviado para exigir dinero a cambio de su liberación.
Un secuestro frustrado
Según el relato del afectado, el exdirigente decidió liberarlo luego de percibir que el entorno se tornaba riesgoso para su propio plan. La Fiscalía considera este hecho como parte fundamental del modus operandi y señala que la liberación no fue un acto de arrepentimiento, sino una medida para evitar ser descubierto.
Historial de violencia y procesos pendientes
La nueva orden de captura se suma a la ya existente, que mantiene al exlíder perredista recluido desde hace meses por apuntar un arma cargada contra sus propios vecinos, hechos que derivaron en cargos por tentativa de homicidio y amenazas.
Este segundo proceso penal complica drásticamente su situación jurídica y retrata un patrón de conducta violenta que las autoridades consideran extremadamente peligroso.
Un caso que exhibe la descomposición política y social
El caso de Antonio del R. A. vuelve a colocar bajo escrutinio la conducta de actores políticos que, tras perder poder, terminan involucrados en hechos delictivos de alto impacto. La nueva acusación por secuestro no solo refuerza las sospechas sobre su peligrosidad, sino que coloca a la Fiscalía ante la necesidad de esclarecer si actuó solo o si existen más involucrados.
Las investigaciones continuarán su curso mientras el exdirigente permanece bajo resguardo en el Penalito de Playa Linda, donde ahora enfrenta un panorama judicial mucho más severo.
Redacción Reportaje Veracruzano
