PRÓRROGA A LA IMPUNIDAD: ORFIS LE REGALA TIEMPO AL “PULPO” REMES PARA BORRAR EL RASTRO DEL SAQUEO

Poza Rica bajo observación… pero con oxígeno político
POZA RICA, VER.— En Veracruz, la fiscalización volvió a doblarse ante el poder. El Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) concedió una prórroga al Ayuntamiento de Poza Rica para solventar las observaciones de la Cuenta Pública 2024, correspondiente a la administración de Fernando “El Pulpo” Remes, una de las más cuestionadas del norte del estado. El argumento: las inundaciones del 10 de octubre. El resultado: tiempo extra para “ordenar” papeles y diluir responsabilidades.
La decisión no es menor ni técnica: es política. La prórroga abre una ventana peligrosa para reconstruir expedientes, contratar despachos a modo y maquillar irregularidades que diversos sectores ya señalan como evidencia de un manejo financiero opaco durante 2024. En términos simples: más plazo para limpiar el cochinero.
Que una contingencia natural se utilice como salvoconducto administrativo despierta sospechas legítimas. Nadie niega la gravedad de una inundación; lo que se cuestiona es la elasticidad selectiva del rigor fiscal cuando el alcalde es poderoso y polémico. ¿Por qué el beneficio pleno del tiempo adicional cuando lo que está en juego es el dinero público?
El ORFIS afirma que la emergencia dificultó la integración documental. Lo que no explica es por qué esa dificultad se traduce en indulgencia y no en acompañamiento estricto, auditorías in situ y medidas cautelares. Porque prorrogar sin blindajes no protege al municipio: protege al responsable.
Y el contexto agrava todo. La fiscalización no ha terminado. Falta la Cuenta Pública 2025, la que revelará cómo se entregará Poza Rica a la siguiente administración. El reloj corre y la sombra crece, más aún cuando ya se anunció que el municipio enfrentará una reducción aproximada de 18 millones de pesos en su presupuesto. Menos recursos, más dudas. Menos dinero, más riesgo.
Organismos ciudadanos y actores políticos lo dicen sin rodeos: si el ORFIS no endurece la vigilancia, la prórroga se convertirá en cómplice involuntario de la impunidad. La sociedad no pide linchamientos; exige transparencia real, plazos con candados, responsabilidades claras y, si corresponde, sanciones.
La pregunta es inevitable y corrosiva:
¿La inundación arrasó con archivos… o con la voluntad de fiscalizar?
¿La prórroga busca claridad o olvido?
¿Quién gana cuando se estira el tiempo en una administración señalada?
Poza Rica no necesita más plazo para explicaciones; necesita certezas. Y el ORFIS, si quiere preservar credibilidad, debe demostrar que fiscaliza al poder y no le administra el escape. Porque cuando la auditoría se vuelve flexible con los fuertes, la impunidad deja de ser sospecha y empieza a parecer método.
Redacción Reportaje Veracruzano



