“Dinero hay, pero el bono no llega”: Nahle pide disculpas… ¿y quién responde por la humillación a trabajadores y periodistas?

Xalapa, Ver.— La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, admitió lo evidente: los trabajadores de la Secretaría de Salud tienen razón en protestar. El bono navideño no llegó a tiempo. El dinero existe. El problema —dijo— fue “administrativo”. Y mientras los trámites se “arreglaban”, cientos de trabajadores cerraron el año con promesas en lugar de pago.
Previo a la toma de protesta de la alcaldesa de Xalapa, Daniela Griego Ceballos, la mandataria reconoció públicamente el retraso y lanzó una disculpa generalizada: “Mil disculpas a todos los trabajadores”. Aseguró que aún faltan pagos en Río Blanco y la capital, pero prometió que “hoy tiene que quedar”.
La pregunta incómoda es inevitable:
si el dinero está, ¿por qué no llegó?, ¿quién falló?, ¿quién responde por la cadena de errores que dejó a personal de salud —el mismo que sostuvo al sistema en crisis— esperando lo que ya había sido autorizado?
Nahle fue clara en una cosa: no fue falta de recursos. Fue un “trámite”. Un trámite que, en los hechos, convirtió el reconocimiento público en un agravio laboral.
Pero la jornada no terminó ahí.
Cuestionada sobre el caso del reportero Rafael León Segovia, vinculado a proceso y al que finalmente se le eliminó el delito de terrorismo, la gobernadora se deslindó sin titubeos:
“El Poder Judicial y la Fiscalía resolvieron; de mi parte no hay problema”.
Una frase breve, pero contundente.
Porque mientras el gobierno admite retrasos administrativos que afectan a trabajadores, también normaliza procesos judiciales que encendieron alarmas por su impacto en la libertad de expresión, para luego lavarse las manos cuando el delito más grave es retirado.
Hoy, el mensaje oficial es doble:
— A los trabajadores de Salud, una disculpa tardía.
— A los periodistas, distancia política.
Y el fondo sigue sin responderse:
¿quién asume la responsabilidad real cuando el Estado falla?, ¿quién da la cara cuando el error no es menor, sino sistemático?, ¿y cuántas veces más se pedirá “mil disculpas” mientras las decisiones —y omisiones— siguen costando caro?
En Veracruz, el dinero puede estar.
La confianza, cada vez menos.
Redacción Reportaje Veracruzano



