¡UNA BURLA SOBRE RUEDAS! | “Camionetitas de la Salud” exhiben el fracaso del “proyectazo” de Rocío Nahle en la Sierra de Zongolica

Clínicas sin médicos, comunidades en el abandono y un cinismo gubernamental que raya en la crueldad
Por: Redacción Reportaje Veracruzano
Zongolica, Ver. – Lo que la gobernadora Rocío Nahle vendió como un “proyectazo de transformación y justicia social”, hoy se exhibe como una burla sobre ruedas en las entrañas de la Sierra de Zongolica. Las tan anunciadas “Camionetitas de la Salud” —esas unidades móviles que debían llevar medicamentos a comunidades remotas— han resultado ser una farsa disfrazada de estrategia social, pues no traen médicos, no ofrecen consultas y no salvan vidas.
En la comunidad de Cuahuixtlahuac, la indignación ya se desborda. Los pobladores, hartos de siete meses de espera y promesas vacías, han anunciado bloqueos y movilizaciones para exigir lo que el gobierno no ha querido garantizar: atención médica básica.
“Mientras la gobernadora festeja, en la Sierra seguimos sin doctores. Parece que al gobierno no le importa nuestra situación”, denunció con rabia y firmeza Benjamín Sánchez de la Cruz, subagente municipal de Cuahuixtlahuac.
El discurso oficial presume avances en la distribución de medicamentos, pero ¿de qué sirve una camioneta llena de fármacos si no hay quien los recete? ¿A quién pretenden engañar? Las clínicas están vacías, los consultorios cerrados, y los enfermos deben resignarse a la desatención o recorrer horas hasta encontrar a un médico… si tienen suerte.
Sánchez de la Cruz no se anduvo con rodeos: “Es una burla que celebren las camionetas cuando hay clínicas vacías”, sentenció. Según sus cifras, más de 1,500 personas viven sin acceso a consulta médica en su comunidad, a pesar de que el gobierno insiste en que el sistema de salud «está funcionando».
Pero la realidad dice lo contrario: ni Rocío Nahle, ni el IMSS Bienestar, ni las instancias de salud han enviado un solo doctor, a pesar de las múltiples solicitudes. La población se siente traicionada y usada para tomarse fotos y presumir logros ficticios.
“Buscaremos a quien sea necesario para resolver esto”, advirtió el subagente, dando por terminado el tiempo de espera.
Mientras tanto, el silencio oficial se vuelve cómplice de la enfermedad, la desesperación y el olvido. Zongolica no necesita camionetitas, necesita médicos, compromiso real y respeto. La población no está pidiendo favores, está exigiendo derechos humanos básicos que el gobierno ha decidido ignorar.
¿Hasta cuándo se mantendrá este cinismo? ¿Cuántas vidas más tienen que perderse antes de que el gobierno actúe con responsabilidad? Las respuestas deben llegar ahora… o la sierra las arrancará a gritos y con movilización social.
Porque cuando la salud se convierte en una promesa rota, el pueblo tiene todo el derecho de gritar: ¡BASTA YA!