Ataque directo contra taxista en Coatzacoalcos deja un herido grave: Fiscalía recoge siete casquillos percutidos

Por Redacción | Reportaje Veracruzano
Coatzacoalcos, Ver.— En pleno mediodía de este miércoles 23 de julio, la violencia volvió a tomar por asalto las calles de Coatzacoalcos. Román Osorio Mariñes, conductor del taxi número 2275, fue víctima de un ataque armado perpetrado por sujetos a bordo de una motocicleta, mientras se encontraba estacionado sobre la avenida Flores Magón, en la colonia Palma Sola.
Los agresores abrieron fuego en al menos siete ocasiones, impactando tres veces contra el cuerpo del ruletero, quien quedó gravemente herido a escasos metros de un autolavado. La acción fue rápida, precisa y brutal. Tras consumar el ataque, los responsables huyeron con rumbo desconocido, dejando tras de sí una escena marcada por el caos y el miedo.
Paradójicamente, la vida del taxista pudo salvarse gracias a una ironía del destino: el atentado ocurrió a unos pasos de la base de la Cruz Roja, cuyos paramédicos acudieron de inmediato para estabilizar al lesionado y trasladarlo de urgencia a un hospital. Su estado de salud es reportado como delicado.
No ocurrió lo mismo con la respuesta de las fuerzas del orden. La base de la Policía Estatal también se encuentra en las inmediaciones, pero su arribo fue tardío y su intervención, limitada: únicamente se encargaron de acordonar el área, como ya es costumbre en estos casos donde el delito siempre parece ir un paso adelante.
En el sitio, elementos de la Fiscalía General del Estado localizaron y etiquetaron siete casquillos percutidos. La unidad de alquiler fue asegurada como parte de las diligencias de ley, y se abrió una carpeta de investigación para esclarecer los hechos.
Hasta el momento, no se ha revelado el móvil del ataque ni se tiene información sobre los agresores. Sin embargo, fuentes policiales confirmaron que se trató de una agresión directa contra Román Osorio Mariñes, lo que apunta a un intento de ejecución y no a un acto aleatorio.
Coatzacoalcos suma así un nuevo episodio de violencia que pone en evidencia no solo el estado de vulnerabilidad de los trabajadores del volante, sino también la fragilidad de la seguridad pública en una ciudad asediada por el crimen y la impunidad.
Redacción Reportaje Veracruzano