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Planta de fertilizantes en Poza Rica-Coatzintla: opacidad, reciclaje discursivo y una inversión que huele a humo

La presidenta Sheinbaum presume como “nuevo” un proyecto heredado de administraciones pasadas, con serias dudas ambientales, sin transparencia, sin consultas ciudadanas y con contradicciones técnicas.

Poza Rica-Coatzintla, Veracruz – A más de tres años de haber sido anunciada con bombo y platillo, la llamada “Planta de Fertilizantes de Pemex” en Poza Rica-Coatzintla sigue siendo más un expediente político que una realidad tangible. No hay obra visible, no hay permisos ambientales públicos, no hay claridad financiera, pero sí hay discurso presidencial.

Este viernes, la presidenta Claudia Sheinbaum retomó el tema durante su «Mañanera del Pueblo», afirmando que se trata de una inversión mixta en una planta que “ya existía” en Escolín, la cual será rehabilitada para producir fertilizantes. Aseguró que no se cede la concesión, pero se omitió detallar quiénes son los inversionistas privados, cuál será su porcentaje de participación, cómo se adjudicó el contrato, y sobre todo: cuál será el impacto ambiental de esta operación en una región ya contaminada por Pemex durante décadas.

La pregunta de un periodista sobre la posible afectación ecológica quedó sin respuesta clara. La presidenta se limitó a decir que es un buen proyecto, sin mencionar estudios de impacto ambiental, ni si la planta cuenta con Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), o si ha sido evaluada por la Semarnat. Tampoco habló de consultas a las comunidades, como exige la ley para este tipo de megaproyectos.

Peor aún: el discurso oficial sugiere que la planta será construida “donde ya existía una”, lo cual parece una excusa para eludir requisitos regulatorios. No hay evidencia pública de que Escolín —una zona industrial contaminada y abandonada por décadas— cuente con las condiciones necesarias para albergar una planta petroquímica moderna con estándares internacionales. Si ya existía una planta, ¿por qué no hay rastro técnico o histórico de su viabilidad?

La cuenta oficial de Pemex en X (antes Twitter) trató de apuntalar el mensaje presidencial, repitiendo frases sin sustancia:

“Es el primer proyecto en su tipo de inversión mixta para fertilizantes”…
Sin embargo, no se ha publicado el contrato, ni las cláusulas, ni los socios. No hay acceso ciudadano a la información. Transparencia cero.

Este proyecto huele más a un reciclaje político del fallido intento de industrializar Poza Rica que a una inversión seria. Mientras tanto, se sigue vendiendo a la opinión pública como la gran esperanza económica de la región, sin rendición de cuentas, sin obra física visible y con el eterno sello de los megaproyectos a la mexicana: mucho discurso, nula ejecución, cero transparencia.

Y lo más preocupante: los riesgos ambientales que nadie está dispuesto a asumir ni explicar, en una de las regiones más castigadas por derrames, emisiones tóxicas y abandono petrolero.

¿Dónde están los estudios? ¿Dónde están los permisos? ¿Quién firmó el contrato? ¿Quién gana con este proyecto y quién perderá si colapsa?
Nadie lo dice. Pero lo repiten: “es un buen proyecto”.

¿Para quién? Esa es la pregunta que sigue sin responderse.

Redacción Reportaje Veracruzano

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