Alerta RojaTuxpanVeracruz Norte

SANGRE, FUEGO Y SILENCIO EN EL CERESO DE TÚXPAN

Un motín feroz, muertos calcinados, heridos, caos en la calle y un gobierno que guarda silencio. ¿Quién gobierna realmente en Veracruz?

Por Marco Antonio Palmero Alpírez
Túxpan, Ver., 3 de agosto de 2025

Mientras la versión oficial intentaba contener los hechos con palabras pulidas y vacías, la realidad estallaba en llamas dentro del Centro Penitenciario de Tuxpan, Veracruz. Lo que comenzó como un “amotinamiento” terminó convirtiéndose en un baño de sangre y fuego. Las cifras preliminares hablan por sí solas: seis reos muertos por quemaduras, once gravemente heridos por fuego, dos más brutalmente golpeados… y un número aún incierto de víctimas que, según fuentes no oficiales, podría ascender aún más.

Policías antimotines continúan llegando al lugar desde la noche de ayer sábado.

Las camionetas del SEMEFO llegaron de madrugada en medio del silencio. Mientras tanto, familiares desesperados bloqueaban la carretera frente al penal, exigiendo la verdad, clamando por los nombres de los muertos, recibiendo a cambio el más brutal de los desprecios: el silencio institucional.

¿Dónde está la gobernadora Rocío Nahle?

¿Dónde están las voces del poder que se llenan la boca hablando de «humanismo» y «transformación»? ¿Dónde están los medios oficiales, los de línea directa con Palacio? El Cereso de Tuxpan sigue tomado, aunque se pretenda maquillar la situación con el eufemismo de “control parcial”. Las imágenes que circulan en redes muestran cuerpos quemados, rostros desfigurados, y sangre en los pasillos penitenciarios. La barbarie está documentada, pero la complicidad del silencio también.

Camionetas del Servicio Médico Forense (SEMEFO) ingresaron en la madrugada para sacar a los reos muertos.

Policías del Bienestar, ¿negociadores o encubridores?

Fuentes internas apuntan a que la negociación entre los reos y los Policías del Bienestar fue un teatro grotesco en el que lo que realmente se disputaba era el control del penal entre grupos criminales: el Grupo Sombra y la Mafia Veracruzana. Un penal que, en vez de ser un centro de reinserción, opera como centro logístico del crimen organizado, en plena narices de las autoridades.

Familiares alzan la voz y bloquean la carretera

Desde las 8:40 de la mañana, la carretera Tuxpan-Tamiahua fue bloqueada completamente por familiares que exigen algo tan básico como saber si sus hijos están vivos o muertos. La situación dentro del penal puede estar “controlada” —según el guion oficial—, pero afuera, el descontrol es absoluto. ¿Cómo no habría de serlo si las fuerzas antimotines ni siquiera han ingresado para dar fin al horror?

Al sitio también llegaron varias corporaciones de seguridad.

A las 9:10 hrs, la tensión subió más. No hay listas de fallecidos ni de heridos, solo entradas y salidas de cuerpos, paramédicos, elementos armados y camionetas oficiales que entran, pero no informan.

Un helicóptero sobrevuela… ¿para qué?

Un helicóptero del Estado sobrevoló la zona durante la madrugada. ¿Llegaba alguien importante o simplemente querían un mejor ángulo para ocultar la tragedia? Todo es especulación porque las autoridades siguen sin dar la cara. A esta hora —11:00 a.m.— el penal sigue en manos de la incertidumbre y el Estado de Derecho, de vacaciones.

La versión oficial: un insulto a la inteligencia

En un comunicado publicado ayer por la tarde, el Gobierno del Estado reconoció el motín, pero lo redujo a una simple riña con intervención policial, sin confirmar muertos, sin reconocer que el penal está tomado, que hubo incendios provocados, cuerpos calcinados y caos en el exterior. Solo mencionaron que tres “generadores del conflicto” fueron trasladados, como si eso pudiera tapar el sol con un dedo.

Veracruz en ruinas, Tuxpan en llamas

La tragedia en el Cereso de Tuxpan es una herida abierta, sangrante, que nadie quiere atender. Mientras el crimen organizado se pelea el control interno de los centros penitenciarios, el gobierno juega a simular estabilidad. Y mientras los familiares rompen en llanto y furia, lo único que reciben son portazos, vallas y omisiones.

¿Quién dio la orden de callar? ¿Qué intereses están detrás del control de ese penal? ¿Dónde están los diputados, senadores, defensores de derechos humanos? ¿Y dónde, sobre todo, está la justicia?


Esto no es un motín, es una masacre institucional.
Y mientras no haya verdad, habrá sangre.


REPORTAJE VERACRUZANO

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba