FAMILIA SECUESTRADA EN EL CERRO DE MALTRATA: EL ROSTRO SALVAJE DEL ABANDONO CARRETERO EN VERACRUZ

Víctimas del terror en zona sin vigilancia: seis integrantes de una familia fueron asaltados, privados de la libertad y abandonados en plena montaña, mientras la autoridad llegó tarde y sin detenidos
Maltrata, Veracruz.— En un país donde la palabra “carretera” debería significar conexión y movilidad, en las montañas de Veracruz y Puebla se ha convertido en sinónimo de terror. El pasado miércoles 6 de agosto, una familia de seis integrantes, entre ellos una persona con muletas, vivió horas de angustia y sobrevivencia tras ser secuestrada y abandonada en el espeso cerro de Magueyes, sobre el tramo alterno a la autopista Orizaba–Puebla, en los límites entre Maltrata y Atzizintla.
El caso, aunque fue reportado, no ha generado una sola detención.
Todo comenzó por una causa conocida: el cierre de la autopista en la zona del derrumbe de El Mirador, a la altura del kilómetro 232, lo que obligó a los automovilistas a desviarse por caminos de terracería y brechas sin resguardo policial. Esa negligencia operativa —una constante en la región montañosa— terminó siendo una trampa mortal para quienes aún creen que el gobierno protege a sus ciudadanos.
Asalto, secuestro y abandono: la crónica del vacío de Estado
La familia, originaria de Veracruz y con destino al estado de Hidalgo, fue interceptada a plena luz del día por sujetos armados. Les arrebataron su vehículo y sus pertenencias, pero no se conformaron con eso: los obligaron a subir a un automóvil Nissan Tsuru y los llevaron a un paraje inhóspito, escondido entre cerros y veredas. Allí, sin más, los dejaron abandonados bajo amenaza de muerte si volvían a acercarse a la autopista.
No hubo intervención inmediata de ninguna patrulla. Ninguna unidad de policía estatal o municipal. Ningún operativo preventivo. Solo miedo, montaña y silencio.
El rescate: caminando entre sombras y omisiones
Fue una de las víctimas quien logró comunicarse con un familiar y enviar su ubicación. Entonces, y solo entonces, las autoridades reaccionaron. Se activó un operativo de búsqueda a cargo de la Guardia Nacional División Carreteras, con apoyo de cuerpos de emergencia, que caminaron durante horas por veredas fangosas, maleza cerrada y campos de cultivo, en la más completa oscuridad.
Los encontraron tirados, mojados por la lluvia, aterrados y escondidos boca abajo para evitar ser vistos. El relato es claro: la familia se rescató a sí misma; las autoridades llegaron después de que el daño estaba hecho.
Ni un solo detenido: ¿dónde está el Estado?
Pese a la gravedad del caso, hasta el momento no hay un solo detenido. Las zonas entre Maltrata y Atzizintla son desde hace tiempo identificadas por las propias autoridades como focos rojos de asaltos y secuestros exprés. Y aun así, la falta de vigilancia es total. Las víctimas fueron llevadas a recibir atención médica y alimentos, pero ni los ladrones ni sus rutas han sido identificados. El caso se suma a una larga lista de agresiones impunes que se repiten en el mismo corredor criminal.
Una carretera convertida en coto del crimen
La tragedia de esta familia no es un hecho aislado, es síntoma de una crisis estructural de seguridad y abandono en los caminos de la zona montañosa. El desvío vial habilitado por las autoridades tras el derrumbe no cuenta con vigilancia suficiente, convirtiendo esa alternativa en un campo de caza para bandas delictivas que operan con absoluta impunidad.
¿Quién responde por esto? ¿Dónde está la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz? ¿Dónde está la Guardia Nacional cuando no hay cámaras ni reflectores?
Exigimos respuestas, no comunicados vacíos
- ¿Qué medidas se están tomando para patrullar rutas alternas donde el crimen acecha?
- ¿Por qué sigue operando esta franja criminal sin consecuencias?
- ¿Cuántas familias más deben ser asaltadas, secuestradas o asesinadas antes de que el gobierno reaccione?
El cerro de Maltrata ya no es un accidente geográfico: es una metáfora del abandono y la complicidad.
Hoy fue esta familia. Mañana, puede ser cualquiera.
Y en medio de todo, el gobierno sigue ausente…
como si no fuera su problema.
Redacción Reportaje Veracruzano