▲ La saxofonista, de origen polaco, y la violonchelista guatemalteca se presentaron el sábado en el Festival Eurojazz.Foto Pablo Ramos
Carlos Paul
Periódico La Jornada
Lunes 27 de noviembre de 2023, p. 7
La compositora y saxofonista de origen polaco, radicada en Colonia, Alemania, Angelika Niescier, junto con la también compositora, cantante y violonchelista guatemalteca que vive en México desde hace más de siete años, Mabe Fratti, ofrecieron un concierto en el que incluyeron temas de su autoría, en el Festival Eurojazz 2023.
Ambas intérpretes, Angelika en el sax y Mabe en el violonchelo y la voz, entretejieron de tal manera su propia música y sensibilidad, que su concierto, realizado el sábado, viajó por distintas atmósferas y texturas.
Drakones es una de las obras compuestas por Niescier, cuyo estilo, técnica y talento se apreció a lo largo del concierto, al que le imprimió una cautivante energía. Durante la presentación se declaró fanática de la lucha libre mexicana.
De Mabe Fratti, interpretaron la canción Hacia el vacío. Su ondulante y suave voz se escuchó por las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes. La letra habla sobre cómo las palabras sirven de puente, pero que finalmente hay un punto en el cual sólo podemos confiar en lo que entendimos.
Las composiciones de ambas se fueron interpretando de manera alternativa, la lírica de Fratti y el jazz contemporáneo de Niescier se escucharon perfectamente compatibles.
En este desierto, hacer lo que no se ve / Palabras de lluvia/ Florecen nadie sabe/ Adónde va a crecer / Lejos del ayer/ No hay una línea/ Ni un ángulo al cual ceder/ Fuerzas empujan/ Inerte ignora que…/ Adónde va a crecer/ Lejos del ayer
, cantó Mabe.
Una composición más de Angelika fue la partitura de Dance, la cual está dedicada a la bailarina y coreógrafa Pina Bauche. Su muerte hace cinco años, aún me duele
, comentó.
Kare Konie, que se traduce como caballos negros, fue otra de las composiciones de la elocuente e imaginativa, musicalmente hablando, Angelika Niescier, inspirada en el valor de la libertad.
De Angelika, a lo largo de todo el concierto, se apreció que es un ser juguetón e imprime poderosa energía a sus interpretaciones, las diversas atonalidades de las que echa mano, así como las tensiones en sus armonías. Todo eso se compaginó con la poética de Mabel, su voz, sus letras y su interpretación con el violonchelo, que en distintas ocasiones tocó sin el arco. Este ensamble musical por momentos dio espacio a ambas compositoras, para la improvisación.
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