Coatzacoalcos, Ver.- La violencia que azota a Coatzacoalcos ha cobrado una nueva víctima, sumando ya 37 muertos en lo que va de este año, 2024. Este jueves, la vida de Jesús Robles, un conductor de autobús de la ruta Olmeca, fue brutalmente arrebatada, marcando otro episodio sangriento en uno de los municipios más peligrosos del estado de Veracruz.
Los hechos ocurrieron en la calle San Martín de la colonia Lomas de Barrillas, al poniente de la ciudad, cuando, según testigos, Robles fue interceptado por dos sujetos aún no identificados. Los agresores lo atacaron sin piedad, dejándolo sin vida en plena vía pública. Este ataque se suma a la interminable ola de violencia que parece no tener tregua en esta región, donde en el último conteo, se han registrado cinco mujeres entre las víctimas fatales.
La respuesta de las autoridades fue rápida, pero nuevamente insuficiente. Elementos de la Policía Municipal de Coatzacoalcos llegaron para acordonar el área y proteger la escena del crimen. Sin embargo, esta intervención reactiva deja en evidencia la incapacidad del gobierno local para detener la sangría diaria que golpea a los habitantes de la ciudad.
La Fiscalía General del Estado también acudió al lugar para iniciar las diligencias correspondientes e integrar una nueva carpeta de investigación. Pero las estadísticas no mienten: la espiral de violencia sigue creciendo, y las estrategias de seguridad no logran ofrecer respuestas contundentes ni proteger a la población de este flagelo.
El caso de Jesús Robles es solo el último en una cadena de asesinatos que ha sumido a Coatzacoalcos en una atmósfera de miedo y desesperanza. La ciudadanía sigue exigiendo justicia, mientras las autoridades se ven cada vez más rebasadas ante la magnitud del problema.
¿Hasta cuándo Coatzacoalcos dejará de ser un terreno de ejecuciones diarias? ¿Cuándo veremos acciones concretas y efectivas que devuelvan la paz a esta ciudad? La respuesta sigue siendo incierta, mientras la lista de víctimas sigue creciendo.
Redacción Reportaje Veracruzano
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