SEGURIDAD A LA DERIVA: ¿PROMESAS ROTAS O INCOMPETENCIA FLAGRANTE?
Poza Rica, Ver.- A solo días del encuentro entre el capitán Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla y el alcalde Fernando Remes, donde prometieron aumentar la seguridad en la ciudad, los hechos demuestran una realidad alarmante: continúan los secuestros a plena luz del día. El más reciente, el levantón del delegado de Tránsito y Vialidad, Julio Ignición Vega Domínguez, es un duro golpe que pone en tela de juicio la efectividad de esas promesas.
A pesar del supuesto fortalecimiento de las medidas de seguridad, sujetos armados irrumpieron frente a las oficinas del delegado, privándolo de su libertad frente a sus propios compañeros. ¿Dónde estaba el blindaje prometido? La brutal impunidad con la que se mueven estos grupos delictivos señala directamente a las autoridades que, a todas luces, han fallado en su misión principal: proteger a los ciudadanos.
El operativo que siguió al secuestro, con el cierre de entradas y salidas de la ciudad y la activación del Código Rojo, parece más un acto desesperado que un plan coordinado. La pregunta clave sigue siendo: ¿cómo es posible que en una ciudad “blindada” se sigan ejecutando hechos de alto impacto como este?. Si no pueden garantizar la seguridad de sus propios funcionarios, ¿qué pueden esperar los ciudadanos comunes?
Las declaraciones de Zúñiga Bonilla y Remes, asegurando una Poza Rica más segura, hoy se desmoronan frente a la innegable realidad. Las palabras no son suficientes cuando el terror sigue campando a sus anchas.
La creciente presencia militar y de fuerzas de seguridad, incluyendo la SEDENA, SEMAR y la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro (UECS), es solo un recordatorio más de la incapacidad del gobierno local y estatal para anticipar y prevenir estos ataques. ¿Será este otro caso donde la justicia llega tarde y mal? Mientras tanto, la incertidumbre crece entre los ciudadanos que ven cómo sus gobernantes se limitan a dar explicaciones vacías.
Redacción Reportaje Veracruzano