El Silencio que Ahoga la Fe
En los rincones de Veracruz, donde las campanas solían repicar con fervor y las voces de los fieles llenaban el aire con plegarias, ahora reina un silencio sepulcral. Las iglesias, refugios de esperanza y consuelo, han cerrado sus puertas, no por voluntad propia, sino por el oscuro peso del miedo y la inseguridad.
El presidente de la Red Evangélica de Veracruz, Guillermo Trujillo Álvarez, ha revelado una realidad desgarradora: el cobro de piso ha alcanzado los sagrados recintos de adoración. Pastores valientes, custodios de la fe, se han convertido en blancos de la violencia, obligados a cerrar sus templos ante la amenaza de la extorsión.
No es solo el dinero lo que se pierde en este oscuro comercio de la desesperación, sino la esencia misma de la fe y la comunidad. ¿Cómo pueden las almas encontrar refugio en la casa de Dios cuando las sombras del miedo y la incertidumbre acechan en cada esquina?
La tragedia se extiende más allá de los muros de las iglesias cerradas. Es un eco desgarrador que resuena en los corazones de aquellos que buscan consuelo en la fe. Es la pérdida de la confianza en las autoridades, que han sido incapaces de proteger lo más sagrado: la libertad de creer sin miedo.
Los pastores, guías espirituales de sus rebaños, viven con el temor constante acechando en cada sombra. A pesar de su fe inquebrantable, se sienten vulnerables ante la oscuridad que amenaza con devorar su esperanza.
Es en momentos como estos a los que la fe se enfrenta a su mayor prueba. ¿Cómo puede florecer en un terreno tan árido y hostil? ¿Cómo pueden las manos temblorosas levantar plegarias cuando el silencio es la única respuesta?
En medio de la oscuridad, el presidente de la Red Evangélica hace un llamado desesperado a las autoridades, instando a la acción para proteger no solo a las iglesias, sino a toda la comunidad. Es un grito de auxilio en un mar de desesperanza, una súplica por un rayo de luz en la oscuridad que amenaza con consumirlo todo.
Que estas palabras sirvan como un recordatorio sombrío de los peligros que acechan en las sombras, y como un llamado a la acción para proteger lo que es más sagrado: la libertad de creer, de adorar y de encontrar consuelo en la casa de Dios.
Redacción Reportaje Veracruzano
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