Tuxpan, Veracruz. – La mañana de este martes, la violencia se apoderó nuevamente del municipio de Tuxpan. Un taxista fue brutalmente asesinado a balazos en pleno centro de la ciudad, evidenciando una vez más la incapacidad del alcalde José Manuel Pozos Castro para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
El crimen, ocurrido en la céntrica avenida Cuauhtémoc, entre las calles Zósimo Pérez y Hernández y Hernández, ha conmocionado a la población tuxpeña. Eran minutos antes de las siete de la mañana cuando el conductor del taxi marcado con el número 579 fue sorprendido por hombres armados. Sin mediar palabra, los criminales lo acribillaron en un acto de violencia desmedida que refleja la realidad alarmante de un municipio descontrolado.
La reacción de las autoridades municipales fue, una vez más, insuficiente. Pese al despliegue de oficiales y un operativo de seguridad, los asesinos lograron escapar sin dejar rastro, desnudando la ineptitud de la administración de Pozos Castro para enfrentar el creciente clima de inseguridad que azota a Tuxpan.
Este homicidio se suma a una preocupante lista de crímenes violentos que han sacudido a la región, dejando en evidencia una falta total de estrategia y coordinación en materia de seguridad por parte del alcalde y su equipo. Mientras tanto, los ciudadanos viven con miedo constante, observando cómo el crimen organizado actúa con total impunidad en las calles de su ciudad.
La administración de José Manuel Pozos Castro ha sido incapaz de frenar esta ola de violencia que ya ha cobrado demasiadas vidas. Su liderazgo en materia de seguridad es cuestionable y su compromiso con la protección de la ciudadanía, inexistente. Tuxpan necesita urgentemente una respuesta contundente a esta crisis de seguridad que, bajo el mandato actual, solo parece empeorar.
Los tuxpeños exigen respuestas y acciones reales, no promesas vacías ni discursos retóricos. Es inaceptable que en pleno centro de la ciudad, en una de las principales avenidas, la sangre siga corriendo sin que el gobierno municipal sea capaz de tomar el control. La paciencia de los ciudadanos se agota, y con ella, la confianza en un alcalde que ha demostrado ser incapaz de garantizar la paz y la seguridad que Tuxpan merece.
El asesinato del taxista es solo el último recordatorio de que algo debe cambiar. La inacción y la ineficacia de la administración de Pozos Castro no pueden seguir siendo toleradas. ¿Cuántas vidas más deben perderse antes de que se tomen medidas drásticas para devolver la tranquilidad a Tuxpan? Es hora de que el alcalde asuma su responsabilidad y tome decisiones firmes, antes de que la situación se vuelva irreparable.
Redacción Reportaje Veracruzano
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