En un hecho que ha dejado consternados a los habitantes de San Andrés Tuxtla, Veracruz, un joven ciudadano fue brutalmente asesinado por la policía. Esta tragedia, orquestada bajo las órdenes de la alcaldesa María Elena Solana Calzada, expone una cruda realidad: la corrupción y el abuso de poder que impregnan nuestro sistema de justicia.
El joven, cuya única “ofensa” fue documentar la intervención ilegal de la policía en el mercado municipal, pagó con su vida. A pesar de un proceso legal en curso sobre la remodelación del mercado y sus calles aledañas, policías municipales y estatales intentaron ingresar con maquinaria pesada. La respuesta fue violenta: lo golpearon, lo arrestaron y lo asesinaron en la comandancia.
¿Justicia o Injusticia?
Este no es un incidente aislado. Con esta muerte, ya son dos los locatarios asesinados durante la administración de Solana Calzada. La alcaldesa, lejos de enfrentar las consecuencias, se escondió en una patrulla de la Guardia Nacional, disfrazada como policía, para luego ser rescatada por sus aliados estatales. Este acto de cobardía refleja el desprecio por la vida y la justicia en nuestra sociedad.
Los policías involucrados, lejos de ser los verdaderos culpables, han sido usados como chivos expiatorios. La comunidad, los trabajadores del hospital y los locatarios exigen justicia real. El joven no murió de causas naturales, sino de violencia extrema: “El joven llegó con golpes y estallamiento de vísceras”, denunciaron los médicos.
Un Llamado a la Conciencia
¿Qué más debe ocurrir para que abramos los ojos ante la injusticia y la corrupción? Estos actos atroces no deben quedar impunes. Es fundamental que la ciudadanía se una y exija transparencia y rendición de cuentas. No podemos permitir que el poder siga corrompiendo a aquellos que deberían protegernos.
La muerte de este joven no debe ser en vano. Es un llamado a la acción, a cuestionar a nuestras autoridades y a demandar un sistema de justicia que verdaderamente sirva al pueblo. San Andrés Tuxtla, Veracruz, no puede seguir siendo un lugar donde la vida se desestima y la injusticia reina. La justicia debe prevalecer y la verdad debe salir a la luz.
La sociedad tiene en sus manos el poder de cambiar el rumbo de los acontecimientos. La pregunta es: ¿Lo haremos?
Redacción Reportaje Veracruzano
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