La inseguridad en Poza Rica ha alcanzado niveles insostenibles, revelando la absoluta incapacidad del gobierno municipal encabezado por Fernando Luis Remes Garza, alias “Pulpo” Remes, para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Un exconvicto, cuya carrera política está manchada por un pasado delictivo, jamás podrá ser la respuesta para dirigir una ciudad que clama por paz y seguridad. El alarmante aumento en los secuestros no solo es un reflejo de su ineptitud, sino también de un gobierno que ha perdido el control de la situación, permitiendo que el crimen organizado reine impunemente.
El más reciente secuestro, ocurrido el pasado martes 3 de septiembre en la colonia 27 de Septiembre, es solo un ejemplo más de cómo la violencia se ha adueñado de las calles de esta ciudad petrolera. A plena luz del día y en una zona transitada, una persona del sexo masculino, identificado como L. N., encargado de la base de taxistas independientes de la zona, fue privado de su libertad por un grupo de sujetos armados. El hecho, lejos de ser un caso aislado, es parte de una preocupante tendencia que ha convertido a Poza Rica en un territorio donde los ciudadanos viven con miedo constante.
Las autoridades, en su afán por minimizar la gravedad de la situación, no han hecho más que demostrar su incompetencia. A pesar del fuerte operativo de búsqueda desplegado tras el secuestro, la realidad es que los esfuerzos de la Secretaría de Seguridad Pública y las fuerzas municipales han sido, una vez más, infructuosos. La camioneta gris en la que se llevaron al trabajador del volante sigue desaparecida, al igual que la esperanza de los habitantes de Poza Rica de ver un cambio real bajo el gobierno morenista de Remes Garza.
El gobierno de Morena, con “Pulpo” Remes a la cabeza, ha fracasado rotundamente en proteger a sus ciudadanos. ¿Cómo puede alguien con un historial criminal ofrecer garantías de seguridad? La respuesta es clara: no puede. Y mientras tanto, los ciudadanos de Poza Rica siguen pagando el precio de tener a un exconvicto en el poder, viviendo en una ciudad donde el miedo y la violencia son las nuevas normas.
Redacción Reportaje Veracruzano