Inhalación de gas tóxico cobra la vida de Alejandro Jiménez; el caso destapa interrogantes sobre la seguridad en la refinería
Agua Dulce, Ver. – La madrugada del sábado, un trágico accidente en la refinería Dos Bocas, ubicada en Paraíso, Tabasco, dejó como saldo la muerte de Alejandro Jiménez, un joven petrolero originario de Agua Dulce, Veracruz. Jiménez, conocido cariñosamente entre sus amigos y compañeros de trabajo como “Chupón”, falleció presuntamente tras inhalar ácido sulfhídrico (H2S) mientras realizaba mediciones en un tanque.
Alejandro, quien trabajaba en la refinería desde hace poco más de un año, estaba cumpliendo con sus labores cuando se dio el fatal incidente. Fuentes cercanas indican que pudo haber ocurrido una fuga de gas tóxico, afectando no solo al joven, sino también a otros obreros que estaban en la zona. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido un comunicado oficial por parte de la empresa ni de las autoridades competentes que confirme las causas exactas del suceso.
Una comunidad en duelo
El fallecimiento de Alejandro ha causado una profunda conmoción en la comunidad de Agua Dulce, particularmente en la colonia Naranjal, donde residía. A través de redes sociales, amigos, familiares y vecinos han expresado su dolor y consternación por la pérdida de este joven trabajador, quien era conocido por su buen carácter y dedicación a su labor.
Sus familiares ya se encuentran en Tabasco para realizar el reconocimiento del cuerpo y proceder con los trámites correspondientes para trasladarlo de vuelta a Agua Dulce, donde será velado en los próximos días. Mientras tanto, la comunidad sigue exigiendo respuestas claras sobre las circunstancias que rodearon este fatal accidente.
¿Fallas de seguridad en la refinería?
El caso de Alejandro Jiménez pone nuevamente sobre la mesa la discusión acerca de las condiciones laborales y las medidas de seguridad dentro de la refinería Dos Bocas, una de las obras emblemáticas del gobierno federal. Este no es el primer incidente reportado en la instalación, y organizaciones de trabajadores han señalado con anterioridad deficiencias en los protocolos de seguridad y en la supervisión de los equipos.
Aunque las autoridades y la empresa aún no han emitido declaraciones oficiales sobre el accidente, la comunidad petrolera y los familiares de las víctimas exigen una investigación exhaustiva que esclarezca los hechos y determine si hubo negligencia en las medidas de seguridad. La inhalación de ácido sulfhídrico es extremadamente peligrosa, ya que este gas es altamente tóxico y puede ser letal incluso en bajas concentraciones, lo que subraya la necesidad de estrictos controles en su manejo.
Esperanza de justicia
Mientras los seres queridos de Alejandro esperan poder darle el último adiós, también buscan justicia y que este trágico suceso no se repita con otros trabajadores. Las autoridades están obligadas a responder con celeridad ante la gravedad del caso y ofrecer garantías de que la seguridad de los empleados es prioritaria, sobre todo en una instalación de tal relevancia para el país.
La vida de un joven trabajador se ha apagado en circunstancias que aún están por esclarecer. La pregunta ahora es si las autoridades actuarán con la seriedad que este tipo de tragedias amerita o si quedará como un número más en una larga lista de accidentes laborales que en ocasiones parecen ser tratados con indiferencia.
Redacción Reportaje Veracruzano
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