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Manuel Huerta y su Decepcionante Asamblea en Pánuco: Un Desplome Político en Tiempo Real

Pánuco, Veracruz.- La visita del senador de Morena, Manuel Huerta, a Pánuco el pasado sábado fue un claro ejemplo de cómo la política mal gestionada puede llevar al borde del abismo. En su primera aparición desde que asumió el cargo federal, Huerta pretendía conectar con la ciudadanía a través de una asamblea informativa que, en lugar de destacar sus labores legislativas, se convirtió en un desastroso espectáculo de desinterés y mala organización.

El evento, celebrado en la sección 116 de azucareros, resultó ser un desplome político de dimensiones vergonzosas. A pesar de los esfuerzos de su «paloma mensajera», personaje que él mismo desmintió tener en Pánuco durante una entrevista anterior, la convocatoria fue paupérrima. Apenas unas 80 personas se presentaron, muchas de ellas llevadas a la fuerza desde la colonia «Luchadores», un asentamiento conocido por invadir el predio El Naranjal. Este grupo fue movilizado por la misma figura que, en el pasado, se vio envuelta en escándalos por el uso ilegal de «diablitos» en un rancho, lo que derivó en sanciones.

El desdén de la población fue evidente. Huerta, quien esperaba una multitud fervorosa, tuvo que enfrentar la realidad: su convocatoria fue superada incluso por eventos menores, como los de personajes locales y hasta accidentes de tráfico. La escena fue un reflejo desolador de la desconexión del senador con la base que supuestamente representa.

Este episodio no solo deja en evidencia la falta de arraigo y liderazgo de Manuel Huerta en Pánuco, sino que también plantea serias dudas sobre la efectividad de su gestión y su capacidad para movilizar a su propio electorado. Mientras la política en Veracruz atraviesa un periodo de tensiones y desafíos, Huerta parece estar perdiendo la batalla más importante: la confianza y el apoyo de la gente.

Este fracaso de convocatoria es más que un simple evento malogrado; es un síntoma alarmante de una estrategia política que carece de dirección y autenticidad. En un momento en que el estado necesita líderes sólidos y comprometidos, Manuel Huerta se presenta como un ejemplo de lo que la política no debe ser: desorganizada, desconectada y, sobre todo, irrelevante.

Redacción Reportaje Veracruzano

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