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Caos, abusos y manipulación en Tihuatlán: La crisis educativa que nadie quiere enfrentar

Tihuatlán, Ver. – La visita de la gobernadora Rocío Nahle a Tihuatlán desató una tormenta que dejó al descubierto un problema mayor: el descontrol, la manipulación y la impunidad en el sistema educativo local. Mientras la mandataria trataba de atender la falta de maestros en la primaria José María Morelos, un grupo de choque, presuntamente dirigido por la exdirectora Claudia Arely Ortiz Gallegos, se movilizaba para boicotear el evento.

Pero el problema no comienza ni termina con un intento de sabotaje. Lo que se vive en Tihuatlán es una guerra de intereses donde los únicos perdedores son los niños.

El conflicto: ¿Un reclamo legítimo o una cortina de humo?

Padres de familia tomaron la supervisión escolar de la zona 066 para exigir la destitución del supervisor Josué Elías Mercado, a quien acusan de haber retenido arbitrariamente a cinco maestros, incluyendo a la exdirectora Ortiz Gallegos. Pero detrás de esta protesta se esconde un hecho perturbador: estos mismos docentes han sido señalados por maltrato infantil, discriminación e incluso privación ilegal de la libertad.

Las denuncias de abusos dentro de la primaria Morelos no son nuevas. Desde 2023, madres de familia han expuesto públicamente la violencia y el acoso que sufrieron sus hijos. Una de ellas, incluso, vinculó al personal de la escuela con su secuestro ocurrido en junio de 2024. ¿Por qué estos señalamientos no se han investigado a fondo? ¿Por qué los supuestos agresores siguen en funciones?

Claudia Arely Ortiz Gallegos: ¿Víctima o agitadora profesional?

La exdirectora Ortiz Gallegos no es ajena a la controversia. Su historial incluye la toma de instalaciones escolares en 2015, 2023 y nuevamente en 2025. Su nombre aparece ligado a conflictos que han paralizado la educación en la región, y su grupo de choque ha sido señalado en diversas ocasiones por presionar y manipular a los padres de familia.

A pesar de las denuncias en su contra, ahora es presentada como una mártir por quienes exigen la restitución de los docentes suspendidos. ¿Es una víctima de una injusticia o la responsable de una estructura de abuso que ha operado con impunidad?

El papel de la Secretaría de Educación y el gobierno estatal: Un silencio cómplice

La respuesta de las autoridades ha sido tibia y tardía. Mientras la gobernadora Rocío Nahle asegura que se revisará el caso, los hechos demuestran que el gobierno de Veracruz ha sido incapaz de poner orden en un sistema educativo donde el caos es la norma.

Si los maestros fueron suspendidos por acusaciones de maltrato infantil, ¿por qué no se han dado a conocer los avances de la investigación? Si la exdirectora Ortiz Gallegos representa un riesgo para la comunidad estudiantil, ¿por qué se le ha permitido operar libremente?

Mientras tanto, los padres de familia siguen atrapados en una lucha donde la educación de sus hijos es la moneda de cambio.

Un sistema educativo roto y sin responsables

Tihuatlán es hoy el reflejo de un problema más grande: la corrupción, la negligencia y la falta de voluntad para enfrentar las irregularidades en el sector educativo. Aquí no solo hay un grupo de choque movilizándose contra una gobernadora, hay un entramado de omisiones que ha permitido que las escuelas se conviertan en terrenos de disputa política y de poder.

La educación en Veracruz no necesita más reuniones ni promesas. Necesita acción, justicia y, sobre todo, responsables.

Redacción Reportaje Veracruzano

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