Cateo en Poza Rica: signos de una crisis de seguridad que persiste
Poza Rica, Ver. — La tarde de este lunes 31 de marzo, un fuerte operativo de seguridad sacudió nuevamente a la colonia Independencia, donde elementos de la Secretaría de Marina cerraron la circulación en la intersección de las calles 2 Oriente y 4 Norte. La escena, resguardada con un hermetismo absoluto, estuvo marcada por la presencia de agentes de la Fiscalía Regional del Estado, quienes realizaron diligencias en un inmueble que ya había sido cateado en septiembre de 2024 tras un caso de privación de la libertad.
En aquel entonces, un hombre logró escapar de sus captores y llegó a la calle 1 Oriente con una herida de arma punzocortante en el pecho, solicitando ayuda a los vecinos. Horas después, falleció en una clínica. La reaparición de las autoridades en este domicilio sugiere que las investigaciones no han concluido y que podría haber hallazgos clave aún por descubrir.
El trasfondo: Veracruz y la espiral de violencia
Este cateo no es un hecho aislado, sino un reflejo de la persistente crisis de seguridad que enfrenta el estado. Bajo la administración de la gobernadora Rocío Nahle, se han intensificado los operativos y las mesas de seguridad. Sin embargo, los problemas estructurales persisten. Aunque el gobierno ha destacado que en enero de 2025 la tasa de homicidios dolosos en Veracruz se ubicó por debajo de la media nacional (0.74 víctimas por cada cien mil habitantes), la violencia sigue cobrándose víctimas y sembrando temor en la población.
Uno de los puntos críticos es la falta de policías municipales. Reportes de octubre de 2024 revelaron que el estado se encuentra por debajo de la media nacional en número de elementos preventivos, lo que reduce la capacidad de reacción frente al crimen organizado. A esto se suma el asesinato del diputado Benito Aguas Atlahua en diciembre de 2024 y la desaparición de Héctor Aparicio en febrero de 2025, dos casos emblemáticos de la inseguridad en Veracruz.
¿Un cambio real o una estrategia mediática?
El despliegue de operativos como el de este lunes genera la pregunta de si estas acciones son parte de una estrategia genuina de pacificación o simplemente una respuesta mediática ante la presión pública. La violencia en Veracruz no es un fenómeno reciente ni exclusivo de una administración; es el resultado de años de corrupción, impunidad y complicidad entre redes criminales y sectores del poder.
Para que estos operativos tengan un impacto real, deben ir acompañados de un fortalecimiento de las instituciones de seguridad, una depuración de cuerpos policiacos y una estrategia integral que ataque las causas de la criminalidad: pobreza, desempleo y descomposición del tejido social.
Mientras tanto, en Poza Rica, los vecinos de la colonia Independencia siguen sin respuestas claras. La escena del cateo de este lunes es un recordatorio de que la violencia sigue latente y que la promesa de un Veracruz seguro aún está lejos de cumplirse.
Redacción Reportaje Veracruzano
