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¡Otra vez la negligencia mata! Alondra, víctima de un sistema indolente y una familia que la condenó a la muerte

Orizaba, Ver. – Alondra tenía solo siete años y una vida entera por delante, pero fue arrebatada de la manera más cruel y evitable. No murió por enfermedad, ni por accidente: la mataron. Y lo más aterrador es que su muerte fue anunciada, denunciada y, aun así, ignorada.

Los vecinos de San Matías Los Mangos lo sabían. Sabían que esa niña sufría violencia física desde siempre. Su padre y sus abuelos paternos lo sabían, porque incluso intentaron arrebatarla de ese infierno solicitando su custodia ante las autoridades. Pero, como suele ocurrir en este sistema podrido, la justicia no llegó. La madre, Asela «N», se aferró a retenerla, y las instituciones, en su infinita incompetencia, se lo permitieron. El resultado: una niña asesinada.



Un crimen que se pudo evitar

El padrastro de Alondra, un sujeto que debería haber sido investigado desde hace tiempo, es señalado como el principal responsable de su asesinato. Y si bien es él quien empuñó la violencia fatal, no es el único culpable. La madre, que prefirió aferrarse a su relación antes que proteger a su hija, carga con una responsabilidad innegable. Pero más allá de la familia, la pregunta clave es: ¿por qué las autoridades permitieron que esto sucediera?

Se tenía conocimiento de la violencia. Se pidieron medidas. Se presentaron documentos. Y sin embargo, el Estado, la fiscalía, los jueces, el DIF y cada engranaje de esta maquinaria fallida dejaron que Alondra volviera a una casa donde la muerte la esperaba.



El patrón de la impunidad: Alondra no es la única

El horror se repite. Solo hay que recordar lo ocurrido en agosto pasado en esta misma ciudad, cuando la pequeña Natalia «N», de apenas cuatro años, fue golpeada hasta la muerte por su padrastro, Alejandro «N». Su madre, Jazmín «N», no solo no la defendió, sino que la llevó moribunda a la Cruz Roja, donde confirmaron lo inevitable. ¿Dónde estaban las alertas? ¿Dónde estaban las instituciones que, en teoría, deberían haber protegido a esta niña? ¿Dónde está la verdadera justicia para la infancia?

Un país que sigue condenando a sus niños

Veracruz es un estado donde los feminicidios y la violencia intrafamiliar avanzan con la complicidad de un aparato de gobierno ineficaz. Las cifras de violencia infantil son escalofriantes, pero lo más preocupante es la normalización de estos crímenes. Casos como el de Alondra y Natalia solo son un reflejo de un problema estructural que el gobierno sigue sin atender.



Los familiares de Alondra hoy claman justicia. Pero la justicia real no llega con la detención de los asesinos, sino con la transformación de un sistema que permita salvar a los niños antes de que sea demasiado tarde. ¿Cuántas niñas más tendrán que morir para que las autoridades dejen de ser cómplices de estos crímenes?

Redacción Reportaje Veracruzano

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