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Sombras de Poder y Plomo: La Verdad Oculta Tras Presente Veracruz

POZA RICA, Veracruz — En el corazón de la zona norte de Veracruz, un territorio donde la violencia y la impunidad se entrelazan como raíces de un árbol podrido, el medio de comunicación Presente Veracruz emerge como un enigma siniestro. Dirigido por Jesús Villanueva Hernández y sostenido por la participación de sus hijos, Antonio de Jesús Villanueva Vázquez y Ricardo Villanueva Ake, este semanario ha sobrevivido a una serie de ataques armados, incendios y persecuciones que, lejos de ser simples represalias por su labor periodística, dibujan un cuadro mucho más turbio: una presunta colusión con la delincuencia organizada que ha transformado a sus integrantes en figuras temidas y profundamente cuestionadas. Lo que aparenta ser un medio de información podría ser, en realidad, una fachada para actividades ilícitas que han ensangrentado las calles de Veracruz.

Un historial de violencia bajo la lupa

El expediente de agresiones contra Presente Veracruz es extenso y perturbador. En agosto de 2015, sus oficinas en la calle 2 de Abril de la colonia Manuel Ávila Camacho, en Poza Rica, fueron blanco de disparos y un vehículo del diario fue incendiado por hombres armados. El 21 de noviembre de 2020, otro automóvil del medio fue baleado frente al domicilio de Ricardo Villanueva, que también sirve como oficina alterna. Apenas tres días antes, el 18 de noviembre, Ricardo escapó de un intento de secuestro junto a su hijo de cinco años, un episodio que dejó tras de sí el estruendo de las balas y un halo de sospechas. Más recientemente, el 3 de abril de 2023, Ricardo fue privado de la libertad por un comando armado en Poza Rica, solo para ser liberado al día siguiente en Tihuatlán tras un operativo de rescate.

Antonio de Jesús Villanueva Vázquez, por su parte, ha enfrentado su propia odisea. El 19 de abril de 2016, mientras cubría un bloqueo carretero en Benito Juárez, fue perseguido y atacado a balazos por un grupo que él mismo vinculó al que era el alcalde Humberto López Ríos y a la que era presidenta del DIF municipal, Nelva Azuara. Sobrevivió gracias a la intervención de su escolta, asignado por la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP). Sin embargo, su destino dio un giro en diciembre de 2020, cuando fue detenido junto a nueve personas en la zona norte de Veracruz, acusado de secuestro en el marco de la carpeta de investigación CI/UECS/TUX/FE/30/2020. A casi cinco años de su arresto, no hay sentencia firme, un estancamiento que fuentes críticas atribuyen a la presión mediática e intimidatoria ejercida por Presente sobre las autoridades. ¿Víctimas de la violencia o actores en un juego más siniestro?

Nexos con el crimen: sombras que no se disipan

Las sospechas sobre los vínculos de Presente Veracruz con la delincuencia organizada no son nuevas, pero se intensifican con cada incidente. Tras la detención de Antonio en 2020, Jesús Villanueva Hernández rechazó las imputaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), que lo relacionaban con la privación de la libertad de una persona liberada el 14 de diciembre de ese año. “Revisaron el carro y no encontraron nada”, afirmó en entrevista con Diario Gráfico, sugiriendo una detención arbitraria. Sin embargo, la falta de avances en el caso y las declaraciones del entonces secretario ejecutivo de la CEAPP, Jorge Morales —quien insinuó nexos con el crimen organizado—, alimentan un relato de complicidad que trasciende la narrativa de victimización. ¿Por qué un medio supuestamente dedicado a la verdad parece tan cómodo en las sombras?

La liberación de Ricardo en 2023 tras apenas 24 horas en cautiverio refuerza las dudas. En un estado donde los secuestros rara vez terminan con rescates tan expeditivos, la rapidez del operativo sugiere negociaciones ocultas o una influencia que va más allá de lo periodístico. Los ataques al medio, lejos de ser un testimonio de su valentía, podrían ser ajustes de cuentas entre facciones criminales o retaliaciones por traiciones en un juego que Presente conoce demasiado bien.

Escoltas: ¿protección o amenaza?

Uno de los aspectos más alarmantes de Presente Veracruz es el uso de sus escoltas, otorgados por la CEAPP y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Lejos de ser una mera medida de protección, estos guardias armados han sido señalados como herramientas de intimidación contra la población y otros reporteros que desafían la hegemonía del medio en la región. Un incidente revelador ocurrió en Plaza Cristal, en Poza Rica, cuando un escolta asignado a Presente dejó escapar un disparo accidental en un espacio público. El hecho, que pudo haber terminado en tragedia, sembró temor entre los presentes y levantó preguntas sobre la verdadera función de estos “protectores”.

En un giro que agrava las sospechas, Fernando Luis Remes Garza, el polémico alcalde de Poza Rica conocido como “El Pulpo”, acudió de inmediato al auxilio del medio, evidenciando una alianza que trasciende la cortesía y apunta a intereses compartidos.

Una familia en el centro del tormento

Jesús Villanueva Hernández, el patriarca y director de Presente, ha construido una imagen de mártir frente a las agresiones, pero su historial está lejos de ser inmaculado. Tras los ataques de 2015, 2020 y 2023, ha acusado a las autoridades de omisión y ha exigido justicia, pero sus detractores lo señalan como un manipulador que usa estos episodios para encubrir actividades más oscuras. Ricardo, sobreviviente de secuestros y balaceras, y Antonio, detenido sin sentencia, completan un trío que opera como un clan de poder en un entorno donde la línea entre el periodismo y el crimen se difumina peligrosamente.

La sombra de Remes y la parálisis judicial

La conexión con Fernando Luis Remes Garza añade una dimensión inquietante. Como edil de Poza Rica, Remes ha sido criticado por su manejo errático de la seguridad —cuatro cambios de mando policiaco en ocho meses durante 2023— y por su incapacidad para contener la violencia. Su respaldo a Presente en el incidente de Plaza Cristal no solo sugiere favoritismo, sino que plantea interrogantes sobre qué favores mutuos podrían unir a un político con un medio tan controvertido. ¿Protección a cambio de silencio o una sociedad más profunda en las entrañas del poder local?

El caso de Antonio de Jesús sigue atrapado en un limbo judicial, un reflejo de la parálisis que críticos atribuyen a la influencia de Presente. La FGE guarda un silencio ensordecedor, mientras las agresiones al medio —incendios, balaceras, secuestros frustrados— se acumulan como piezas de un rompecabezas que apunta a un ajuste de cuentas interno más que a una persecución por la verdad.

Un medio que oculta más de lo que revela

Presente Veracruz se vende como un bastión del periodismo en una región asediada por el crimen, pero las evidencias y las acusaciones pintan un retrato opuesto: un medio comprometido hasta el cuello con fuerzas oscuras que han convertido a Poza Rica en un campo de batalla. Los Villanueva, con sus escoltas como arietes y sus aliados en el poder como escudos, no solo han sobrevivido al caos, sino que parecen prosperar en él.

Mientras la justicia vacila y la verdad se ahoga en un mar de plomo y amenazas, una pregunta retumba en Veracruz: ¿quién protege realmente a Presente y a qué costo? La respuesta, enterrada tras las sombras de un medio que dice informar pero que podría estar manipulando, exige ser desentrañada. Por ahora, el silencio y las balas reinan.

Redacción Reportaje Veracruzano

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