Tres hermanos son hallados desmembrados en un rancho de Ayahualulco
Ayahualulco, Ver.– 29 de marzo de 2025. La violencia vuelve a teñir de sangre a Veracruz. En un macabro hallazgo, los cuerpos de tres hermanos fueron encontrados sin vida en el rancho «Las Tres Aguas», en la localidad de San José Aguazuelas, perteneciente al municipio de Ayahualulco. Las víctimas, identificadas como Agustín Tlaxcalteco Flores (55 años), Pedro Tlaxcalteco Flores (56 años) e Israel Tlaxcalteco Flores (45 años), presentaban signos de violencia y, según informes preliminares, habrían sido ultimadas con arma blanca.
El terrible descubrimiento fue realizado por Antonio Tlaxcalteco Flores, hermano de las víctimas, quien llegó al rancho alrededor de las 6:00 de la mañana para realizar sus labores cotidianas. Al percatarse de la escena, dio aviso inmediato a las autoridades. El agente municipal de Xololoyan y elementos de la Policía Municipal de Ayahualulco se trasladaron al lugar, confirmando el deceso y asegurando la zona para el levantamiento de pruebas.
Horas después, personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de Servicios Periciales inició las indagatorias correspondientes. Una de las primeras hipótesis apunta a un posible robo, pues se reportó la desaparición de ganado del rancho, aunque no se descarta ninguna línea de investigación.
Un Veracruz azotado por la violencia
Por otro lado, en la costa central del estado, la playa El Sabanal, cerca de las dunas de Chachalacas, se ha convertido en un nuevo escenario de terror. Apenas el 26 de marzo se confirmó que los restos humanos hallados en esa zona pertenecen a cinco jóvenes secuestrados con violencia el 2 de julio de 2020 en el bar Mega Michelukas, en Xalapa. Las víctimas, Marcos Javier Reyes Castillo (34 años), Iván Aurelio Aguilar Villa (31), Iván de Jesús Sosa Lagunes (36), Mario Figueroa Domínguez (36) y Cedrik Abdiel Ramírez Aguilar (21), fueron encontradas después de casi cinco años de incertidumbre para sus familias.
Un estado sitiado por la inseguridad
Veracruz vive un alarmante recrudecimiento de la violencia, con un aumento de crímenes que evidencian la impunidad con la que operan los grupos delictivos. Los recientes hallazgos en Ayahualulco y El Sabanal son apenas la punta del iceberg de una crisis de seguridad que parece no tener fin.
Las familias de las víctimas claman por justicia, mientras las autoridades enfrentan el reto de esclarecer estos casos y devolver la tranquilidad a una población que día con día se ve atrapada en la espiral de violencia. La pregunta sigue en el aire: ¿cuántas tragedias más deberán ocurrir antes de que se tomen medidas contundentes para frenar el baño de sangre que asola Veracruz?
Redacción Reportaje Veracruzano
