El asesinato de Óscar Jiménez refleja la brutalidad con la que operan los grupos criminales en la región, mientras la impunidad sigue siendo la norma.

Las Choapas, Ver.— Óscar Jiménez, un joven taxista de 22 años, fue hallado decapitado la noche del martes 25 de marzo en un camino que conduce al poblado La Arena, en el municipio de Agua Dulce. Su cabeza, colocada entre sus piernas, y una cartulina con un mensaje amenazante firmado por un grupo criminal, evidenciaban la crueldad del asesinato.

La última ubicación conocida de Jiménez fue entre las 5:00 y las 6:00 de la tarde en el parque central de Las Choapas, cerca de la farmacia “El Pasaje”. Dos horas después, su cuerpo fue descubierto junto a su taxi, la unidad 373 de la agrupación Taxi Plus, a unos 150 metros de la carretera principal que conecta Las Choapas con Paralelo.

El asesinato de Jiménez no es un caso aislado. En los últimos 40 días, al menos tres personas más han sido halladas muertas en circunstancias similares en caminos cercanos a la supercarretera Las Choapas-Ocozocoautla, incluido el espeluznante caso de una mujer cercenada.

Terror en una zona sin ley

Este tipo de crímenes han convertido a Las Choapas y Agua Dulce en puntos críticos dentro del mapa de la violencia en Veracruz. La presencia de grupos criminales que operan con impunidad ha generado un clima de terror entre los pobladores, mientras las fuerzas de seguridad parecen incapaces de contener la ola de homicidios.

Los compañeros de Jiménez, visiblemente consternados, aseguraron que el joven, quien vivía en la colonia Anáhuac y era padre de una niña, no tenía problemas conocidos ni vínculos con actividades ilícitas. Sin embargo, en el Veracruz de hoy, cualquier persona puede convertirse en objetivo de la violencia descontrolada.

Elementos de la Policía Municipal de Las Choapas y Agua Dulce, así como agentes de la Fiscalía, llegaron al lugar para realizar el levantamiento del cuerpo y trasladarlo a la cabecera municipal. Pero la pregunta persiste: ¿habrá justicia para Óscar Jiménez?

El narco y su mensaje de terror

El narcomensaje dejado junto al cadáver es una muestra de que los grupos delictivos han hecho del asesinato un instrumento de control territorial y advertencia pública. La decapitación, un sello distintivo del crimen organizado, busca infundir miedo en la población y dejar en claro que ellos mandan.

A pesar de la presencia de fuerzas federales en Veracruz, los cárteles siguen imponiendo su ley en varias regiones del estado. En Las Choapas, la comunidad vive con el miedo de que la siguiente víctima pueda ser cualquiera.

Impunidad y omisión gubernamental

El asesinato de Óscar Jiménez es un recordatorio de la crisis de seguridad que enfrenta Veracruz. Con cientos de homicidios en lo que va del año, la falta de estrategias efectivas para frenar la violencia es evidente. La población, atrapada entre el crimen organizado y la indiferencia de las autoridades, exige respuestas.

Pero, como en tantos otros casos, la justicia parece un espejismo en una tierra donde la muerte llega rápido y las soluciones, nunca.

Redacción Reportaje Veracruzano