Asesinato a sangre fría en Atzalan: crimen a plena luz del día deja a un hombre muerto y a un menor herido

Impunidad, violencia y miedo siguen gobernando las carreteras de Veracruz
Por: Redacción Reportaje Veracruzano
Atzalan, Ver. — La carretera estatal Martínez de la Torre – Cuatro Caminos volvió a teñirse de rojo. La violencia no da tregua ni conoce límites: un hombre fue asesinado a balazos mientras conducía su camioneta con un menor de edad a bordo. El crimen, ejecutado con precisión brutal por sujetos armados en motocicleta, ha dejado a la población de Atzalan nuevamente sumida en el miedo.
La víctima fue identificada como José Antonio V. M., de 48 años, originario de Tlapacoyan. Alrededor de las 18:00 horas del jueves, viajaba en una camioneta Ford blanca, con placas XW-0295-A del estado de Veracruz, cuando fue emboscado en la comunidad de Pedernales. Los disparos, certeros y fatales, lo impactaron en la zona del tórax, provocando que perdiera el control del vehículo y se saliera del camino.
A bordo iba también un menor de edad, cuya identidad ha sido reservada por las autoridades. Milagrosamente, el niño no fue alcanzado por los proyectiles, pero sufrió contusiones debido al accidente subsecuente al ataque. Fue trasladado de inmediato a un hospital para su valoración médica.
Elementos de la Policía Municipal de Atzalan y de la Secretaría de Seguridad Pública del estado acudieron al lugar para acordonar la escena. El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense, donde familiares confirmaron su identidad.
Crimen sin rostro, dolor con nombre
Hasta el momento no se ha reportado ninguna detención. Los sicarios, como si fueran sombras, huyeron en la motocicleta que los trajo, dejando tras de sí una escena de muerte, dolor y preguntas sin respuesta. La ejecución se suma a una larga lista de crímenes cometidos bajo el amparo de la impunidad en la región.
Habitantes de la zona afirman que los ataques en carreteras se han vuelto recurrentes, y aunque el despliegue policiaco se anuncia con frecuencia, la seguridad sigue siendo una promesa lejana. Las cifras oficiales no alcanzan a dimensionar la angustia cotidiana que se vive en comunidades como Pedernales, donde salir a la carretera es, cada vez más, una ruleta rusa.
¿Quién protege a los inocentes?
La presencia del menor en el vehículo recuerda que la violencia en Veracruz ya no distingue entre edades ni circunstancias. Cada crimen sin resolver, cada ejecución impune, va erosionando no sólo el tejido social, sino también la confianza ciudadana en las instituciones encargadas de proteger la vida.
La familia de José Antonio exige justicia. La comunidad, respuestas. Y la prensa, como testigo incómodo, vuelve a levantar la voz: ¿cuántos más? ¿Cuánto más?