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Maximino y Alfredo: ciencia, cultura y memoria viva desde el corazón del San Martín Pajapan

Pajapan, Ver., 21 de julio de 2025 — Desde la falda del volcán San Martín Pajapan, donde la selva se funde con la historia milenaria, un encuentro entre la pasión comunitaria y la ciencia ha dado paso a un descubrimiento que revitaliza la memoria de los antiguos olmecas. La historia la encabezan Maximino Martínez Martínez, orgulloso hablante del náhuatl y defensor del legado de su pueblo, y el doctor Alfredo Delgado Calderón, uno de los máximos expertos en historia y arqueología de México.

Todo comenzó con una piedra.

Pero no cualquier piedra: una estructura cúbica, de superficie lisa y origen volcánico, ubicada junto al arroyo Zapota. Maximino la identificó como algo más que una simple roca; intuía su valor histórico. En su infancia ya había recibido un Premio Nacional por escribir en náhuatl sobre su entorno. Hoy, décadas después, esa misma conexión lo lleva a contactar al doctor Delgado Calderón, director del Museo de Antropología de Xalapa.

El especialista viaja hasta Pajapan. Revisa la piedra y confirma que se trata de una estela inconclusa de origen olmeca, trabajada parcialmente en el mismo sitio donde fue encontrada. A diferencia de otras que fueron transportadas hasta centros ceremoniales como La Venta o San Lorenzo, esta fue abandonada en plena montaña, posiblemente por fracturas durante su traslado.

Este hallazgo se suma al vasto mosaico que representa la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, una de las zonas ecológicas y arqueológicas más ricas de México, con 155 mil hectáreas que abarcan municipios como Catemaco, San Pedro Soteapan, Tatahuicapan y Pajapan. Su diversidad es deslumbrante: más de 3 mil especies de flora, 565 de aves, y cientos más entre mamíferos, reptiles e insectos. Declarada Reserva de la Biosfera en 1998, la región alberga además una estación de biología tropical de la UNAM desde 1960.

La colaboración entre Maximino y Alfredo no solo redescubre el pasado olmeca; también demuestra que la ciencia más rigurosa puede y debe caminar de la mano con las comunidades que resguardan, día a día, los secretos de nuestra historia profunda. Desde Pajapan, el legado de piedra y selva sigue vivo.

Redacción Reportaje Veracruzano

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