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La imposición en Coatzintla: El Baile de los Millones del PT

Poza Rica, Ver.- En el corazón del norte de Veracruz, Coatzintla se ha convertido en un escenario donde la ambición política y los señalamientos de corrupción danzan al ritmo de un son que pocos se atreven a cuestionar. En el centro de este torbellino está Lorena López Velázquez, una figura que, como locutora de profesión y política de oficio, ha demostrado una habilidad camaleónica para sintonizarse con el poder, sin importar el color del partido. Pero su más reciente apuesta por la presidencia municipal bajo la bandera del Partido del Trabajo (PT) para el periodo 2025-2028 no llega sin equipaje: un historial de irregularidades financieras, lealtades cuestionables y un silencio ensordecedor ante las acusaciones que la persiguen.

Una carrera de saltos y sombras

El trayecto político de Lorena López es una crónica de adaptabilidad y oportunismo. Su debut fue como regidora en Poza Rica (2000-2004), impulsada por el PAN en un gobierno priista. Luego, en 2010, intentó sin éxito la alcaldía de Coatzintla, aún con los panistas. Un año después, reapareció en el Ayuntamiento de Poza Rica (2011-2013) bajo el mando del priista Alfredo Gándara Andrade. Pero fue en su siguiente capítulo, como síndica municipal de Coatzintla (2014-2017) con el PRD, donde su nombre quedó marcado por un escándalo financiero que aún resuena.

El Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS) detectó un adeudo superior a 20 millones de pesos en la Cuenta Pública 2014, ligado a irregularidades durante su gestión como síndica. ¿Qué pasó con esos millones? Nadie lo sabe con certeza, porque Lorena ha preferido el micrófono para hablar de transparencia, pero nunca para explicar este boquete financiero. Su respuesta a los cuestionamientos ha sido consistente: silencio absoluto.

Hoy, López Velázquez ocupa el estratégico puesto de jefa de Comunicación Social en el Ayuntamiento de Coatzintla, nuevamente al lado del alcalde César Ulises García Vázquez, una figura que también arrastra críticas por perpetuar un cacicazgo local. Esta cercanía no es casualidad; es el sello de un grupo político que parece aferrarse al poder a cualquier costo, incluso si eso significa cambiar de siglas como quien cambia de camisa.

El PT: ¿un nuevo escenario o el mismo libreto?

La candidatura de Lorena por el PT ha desatado una tormenta en Coatzintla. Las bases del partido, según denuncias públicas, acusan al dirigente estatal Ramón Díaz Ávila y al diputado Vicente Aguilar Aguilar de imponerla por “intereses monetarios”. Las redes sociales hierven con señalamientos que describen una “sucia jugarreta” orquestada por estos líderes, quienes, lejos de defender los ideales del PT, parecen más interesados en negociar posiciones y favores. La indignación es tal que militantes han abandonado el partido, algunos migrando hacia Morena, hartos de lo que llaman una traición a los principios.

Pero la pregunta no es solo por qué el PT eligió a Lorena, sino qué la hace tan valiosa para quienes mueven los hilos. ¿Es su experiencia en manejar las narrativas desde Comunicación Social? ¿O es su habilidad para navegar entre escándalos sin rendir cuentas? Lo cierto es que su candidatura no inspira confianza, sino sospechas. Los 20 millones de pesos desaparecidos siguen siendo un elefante en la sala, y su historial de brincos partidistas —del PAN al PRI, del PRD al PT— sugiere que su lealtad no está con las causas, sino con las oportunidades.

El silencio como estrategia

Lorena López se ha autoproclamado campeona de la legalidad y la transparencia, denunciando a gobiernos anteriores con la facilidad de quien lee un guion bien ensayado. Sin embargo, cuando las críticas apuntan a su propia gestión o a sus aliados, opta por un mutismo que raya en lo cínico. ¿Dónde están las explicaciones sobre las irregularidades detectadas por el ORFIS? ¿Por qué no ha aclarado su relación con César Ulises García Vázquez, cuya administración también ha sido señalada por opacidad? Y, sobre todo, ¿cómo pretende liderar Coatzintla si su pasado está plagado de preguntas sin respuesta?

El contraste es brutal: mientras Lorena promete “dinero limpio”, su trayectoria está manchada por millones que nadie encuentra. Mientras exige rendición de cuentas a otros, ella evade las propias. Y mientras se presenta como una opción renovada, su nombre está atado a las mismas prácticas que han hundido a Coatzintla en el desencanto.

Un municipio harto de promesas

Coatzintla no es ajeno a los cacicazgos ni a las promesas vacías. Sus habitantes han visto desfilar a políticos que llegan con discursos encendidos y se van con las arcas vacías. La candidatura de Lorena López no es una novedad; es un déjà vu. Pero esta vez, la paciencia parece agotarse. Las denuncias contra el PT y sus líderes reflejan un hartazgo que trasciende las siglas partidistas. Los ciudadanos no solo cuestionan a Lorena, sino a todo un sistema que permite que figuras señaladas sigan reciclándose en el poder.

La verdad que nadie quiere decir

El caso de Lorena López Velázquez no es solo una historia de ambición personal; es el retrato de una política mexicana donde la impunidad es la moneda de cambio. En Coatzintla, los millones desaparecen, los partidos se venden y las candidaturas se negocian, pero nadie paga las consecuencias. Ramón Díaz Ávila y Vicente Aguilar Aguilar, señalados por anteponer el dinero a los ideales, son solo una pieza de un rompecabezas más grande. Y Lorena, con su historial de irregularidades y su talento para esquivar las críticas, es el rostro visible de un problema que se niega a morir.

Si Lorena López quiere convencer a Coatzintla de que merece la presidencia municipal, tendrá que hacer algo que nunca ha hecho: enfrentar las preguntas, aclarar los millones y romper el silencio. De lo contrario, su candidatura no será más que otro capítulo en la larga novela de la corrupción veracruzana, donde los mismos nombres cambian de partido, pero nunca de mañas.

Por: Marco Antonio Palmero Alpirez
Reportaje Veracruzano

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