“La montaña arde, el país calla”: 150 hectáreas consumidas por el fuego en el corazón del Pico de Orizaba

Mientras los discursos oficiales se disuelven en la neblina de la indiferencia, allá arriba, en el titán de México, el fuego ruge. El Parque Nacional Pico de Orizaba, ese pulmón del oriente mexicano, está ardiendo. Más de 150 hectáreas de bosque han sido consumidas por un incendio que, pese a los esfuerzos, sigue vivo. Chalchicomula de Sesma y Tlachichuca, dos municipios poblanos que abrazan la montaña, son hoy epicentros de una tragedia ambiental silenciada.
Las comunidades de San Francisco Cuautlazingo, San Juan Arcos, San Martín Ojo de Agua y Canoas Altas no solo respiran humo: viven el abandono. Porque aunque brigadas de la CONAFOR, Protección Civil y voluntarios se baten con las llamas, lo hacen sin reflectores, sin la indignación nacional que debería encenderse con cada hectárea que se pierde.
Las cifras técnicas no conmueven: que el fuego está contenido en un 50%, que ha sido “liquidado” en un 40%. ¿Qué significan esos porcentajes cuando lo que está en juego es la vida de cientos de especies endémicas, la fuente de agua que alimenta ríos enteros y el hogar de comunidades que sobreviven en la falda de la montaña?
Las condiciones no ayudan. El viento es traicionero, el terreno montañoso impide un combate frontal y la voluntad política —como en casi todos los desastres ecológicos del país— brilla por su ausencia. Los helicópteros llegan tarde o nunca. Las alertas se emiten, pero no se sienten. Las manos que sofocan el fuego son, sobre todo, civiles, campesinos, jóvenes con azadones, abuelas que cocinan para alimentar a los que luchan.
Este incendio no es solo una emergencia natural. Es un síntoma. De la desmemoria, de la falta de prevención, del colapso climático que ya está aquí. Y de un modelo extractivista que ve a los bosques como estorbos, no como patrimonio.
Mientras tanto, la montaña sigue ardiendo. Y con ella, se quema un pedazo de nuestro futuro.
La pregunta es: ¿nos importa?
Redacción Reportaje Veracruzano