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Sujetos armados incendian taxis tras ataque en la concurrida Plaza Crystal de Poza Rica, dejando atrás un rifle de asalto

Poza Rica, Ver. — Un acto de violencia rompió la calma la noche de este 17 de abril en Plaza Crystal cerca de Liverpool, en el concurrido centro comercial de esta ciudad petrolera, dónde sujetos armados incendiaron dos taxis en el estacionamiento y huyeron, dejando atrás un rifle de asalto de alto poder. El ataque, que ocurrió alrededor de las 9:20 p.m. del jueves, desató el pánico entre compradores y comerciantes, quienes corrieron a buscar refugio mientras las llamas envolvían los vehículos.

Según testigos presenciales, los agresores llegaron a la plaza, ubicada sobre el bulevar Lázaro Cárdenas en la colonia Morelos, y rápidamente rociaron con gasolina un Nissan Tsuru (taxi número PR-675) y un FIAT Mobi (taxi 461) antes de prenderles fuego. Los vehículos, que esperaban pasajeros en el lugar, quedaron reducidos a chatarra calcinada a pesar de los esfuerzos desesperados de guardias de seguridad, taxistas y transeúntes por sofocar las llamas con extintores.



“Salieron de la nada, vertieron algo sobre los coches, y de pronto ya estaba todo en llamas”, relató María Elena N, una trabajadora del centro comercial que presenció el ataque. “La gente gritaba, corría. Estuvo muy feo.”



Reportes no confirmados de residentes locales sugieren que los dos choferes de taxi habrían sido secuestrados por los atacantes y llevados a un lugar desconocido, aunque las autoridades aún no han confirmado estas versiones. El hallazgo de un rifle de asalto R-15, abandonado cerca de los vehículos en llamas, ha intensificado el temor de que el crimen organizado esté involucrado. Agentes ministeriales y peritos forenses se hicieron cargo del arma y la están analizando como parte de la investigación para identificar a los responsables y sus motivos.



El ataque provocó una respuesta inmediata y contundente de diversas fuerzas de seguridad. Elementos de la Policía Municipal, Policía Estatal, Ejército Mexicano, Marina y la División de Caminos de la Guardia Nacional se movilizaron al lugar, acordonaron la zona y lanzaron un operativo de búsqueda por toda la ciudad. Paramédicos del servicio de emergencias SRPI también fueron desplegados, aunque no se reportaron heridos —una pequeña fortuna dentro de un incidente por demás alarmante.

“Esta no es la Poza Rica que conocemos”, lamentó Jorge Ramírez, residente local y comerciante cerca de Plaza Crystal. “Se supone que en lugares así uno debe sentirse seguro, pero ahora ya nada se siente seguro.”

El hecho ha aumentado la preocupación por el incremento de la violencia en Poza Rica, una ciudad de aproximadamente 200,000 habitantes en el norte de Veracruz, estado largamente azotado por la actividad de cárteles y disputas territoriales. La hora del ataque, en plena temporada vacacional de Semana Santa, ha inquietado aún más a residentes y visitantes, quienes temen que actos tan descarados afecten el turismo y el comercio de la región.



Las autoridades aún no han emitido un comunicado oficial, pero fuentes de la Fiscalía General del Estado de Veracruz confirmaron que las investigaciones están en curso, y que el rifle abandonado podría representar una pista clave. No obstante, la ausencia de detenidos ha generado frustración entre los pobladores.

Un guardia de seguridad de la plaza comercial, identificado como Arturo, fue cuestionado sobre lo ocurrido; sin embargo, declaró no tener conocimiento del hecho, ya que en ese momento se encontraba al interior del centro comercial.

El ataque de este jueves es el más reciente de una serie de episodios violentos que han sacudido a Veracruz en las últimas semanas, incluyendo asesinatos selectivos y secuestros vinculados al crimen organizado. Analistas señalan la importancia estratégica del estado —su cercanía con puertos del Golfo y la infraestructura petrolera— como un imán para grupos criminales que buscan controlar rutas de tráfico lucrativas.

Por ahora, Plaza Crystal, normalmente un centro de intensa actividad, permanece en tensión. Los compradores comenzarían a regresar tímidamente al sitio la mañana del viernes, pero los restos calcinados de los taxis servían como sombrío recordatorio de lo ocurrido la noche anterior. Mientras las investigaciones continúan, los residentes se enfrentan a una inquietante pregunta: si una plaza concurrida en el corazón de la ciudad no es segura, ¿entonces qué lo es?

Por: Marco Antonio Palmero Alpirez
Reportaje Veracruzano

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