El fuego acecha a Álamo: ola de calor desata emergencia ambiental y militar

Por: Redacción Reportaje Veracruzano
Álamo, Ver., 24 de mayo de 2025 — La tierra arde en el norte de Veracruz. La implacable ola de calor que golpea la región no solo rompe récords de temperatura: también ha encendido las alarmas por incendios forestales de gran magnitud. En Álamo, dos conflagraciones de alto riesgo fueron sofocadas esta semana gracias a una respuesta coordinada entre brigadistas civiles y cuerpos de seguridad federales, evitando que el desastre fuera mayor.
El primero de los siniestros se desató el martes en el Rancho Los Cuates. Las llamas, impulsadas por el calor extremo y la vegetación seca, amenazaban con devorar hectáreas de campo y avanzar hacia zonas productivas. La intervención inmediata de Protección Civil Municipal, elementos del Ejército Mexicano y voluntarios de la Comisión Nacional de Emergencias de Potrero del Llano permitió controlar el incendio. El operativo incluyó la activación del Plan DN-III-E por parte del 5/o. Batallón de Ingenieros de Combate de Cerro Azul.

El saldo: 7 hectáreas calcinadas, ninguna víctima humana, pero un claro recordatorio de lo vulnerables que son los ecosistemas en esta temporada crítica.
Un día después, el miércoles, la historia se repitió. Esta vez en la comunidad Independencia, donde otro incendio movilizó a marinos, militares y brigadistas. Nuevamente, el despliegue evitó que las llamas alcanzaran viviendas o áreas de cultivo, lo que habría tenido consecuencias devastadoras para una zona ya golpeada por las sequías.
El enemigo silencioso: el humano
Mientras las autoridades monitorean posibles nuevos brotes, la Secretaría de Protección Civil de Veracruz ha hecho un llamado urgente a la población: más del 90% de los incendios son causados por el hombre. Ya sea por negligencia, vandalismo o quemas agrícolas mal controladas, el fuego tiene un origen humano en la mayoría de los casos.
Y con ese recordatorio vino una advertencia clara: quien provoque incendios de forma intencional enfrentará consecuencias legales. El Código Penal del Estado establece penas de uno a seis años de prisión y multas de hasta 500 días de salario para quien inicie fuegos en áreas naturales, urbanas o de conservación.
Veracruz, en el umbral de su resistencia climática
Álamo es solo un botón de muestra de lo que podría convertirse en una emergencia ambiental a gran escala si las condiciones continúan deteriorándose. El calor no cede, la lluvia no llega y el combustible vegetal —pastizales y matorrales secos— abunda.
El riesgo se extiende a comunidades vecinas, reservas ecológicas y campos agrícolas. La sequía es el preámbulo; el incendio, la consecuencia; y la inacción, el crimen.
En tiempos donde la temperatura supera los 40 grados y los suelos se agrietan como advertencia, proteger el entorno natural no es solo responsabilidad de los brigadistas, sino de cada habitante. La prevención es, ahora más que nunca, una forma de resistencia.
Redacción Reportaje Veracruzano