¡Siguen muriendo sin justicia! Jubilados de Veracruz claman por un seguro institucional que nunca llega

En una escena que duele y que debería avergonzar a cualquier gobierno con dignidad, un grupo de maestros jubilados volvió a tomar la calle Enríquez de Xalapa. Son integrantes de la Unión de Beneficiarios del Seguro de Vida Institucional de Veracruz (UBSIVER), y protestan porque, una vez más, el Estado les ha mentido. Les prometieron justicia, les prometieron pagos inmediatos, les prometieron respeto. Lo único que han recibido es olvido.
La profesora Rosario Rojas Aragón fue clara y firme: “Nos han dado mejoralitos para que no protestemos, pero ya basta. Dijeron que pagarían de inmediato y apenas cubrieron a cuatro personas. ¿Y los otros 50? ¿Y los que ya murieron esperando?”

Las deudas heredadas del gobierno de Javier Duarte siguen activas, pero también lo está la indiferencia de las actuales autoridades. La promesa de reexpedir pagos y resolver los pendientes quedó firmada en una minuta. De eso ya pasaron más de dos meses, sin avances reales. Hoy, los jubilados siguen esperando lo que por derecho les corresponde.
Y mientras esperan, mueren.
De los 103 integrantes de la UBSIVER, 50 ya fallecieron sin ver un solo peso del seguro institucional. Medio centenar de familias enlutadas no solo por la pérdida de un ser querido, sino por la revictimización institucional de un gobierno que dice escuchar, pero no resuelve.
“No queremos más promesas. Queremos el pago inmediato. Ya no aceptaremos mesas de diálogo estériles ni discursos vacíos. Cerramos la calle porque nadie escucha si no hacemos ruido”, añadió la docente con voz quebrada.
Aunque el monto exacto del adeudo se mantiene en reserva por razones de seguridad —las cifras varían según el número de plazas o la función del trabajador—, se estima que el adeudo asciende a varios millones de pesos. Y ese es solo un fragmento de la deuda histórica que el Estado mantiene con sus trabajadores más leales.
Una deuda que, como tantas otras, este gobierno prometió saldar. Una promesa más que se pudre junto con los expedientes olvidados y los cuerpos de quienes murieron creyendo que esta vez sería diferente.
Hoy no protestan por privilegios. Protestan porque les deben. Porque les fallaron. Porque la justicia en Veracruz sigue siendo, para muchos, una tumba con una promesa rota encima.
¿Cuántos muertos más necesita este gobierno para pagar lo que debe?
Redacción Reportaje Veracruzano