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MINATITLÁN, ENTRE BALAS Y SILENCIO OFICIAL: OTRA TARDE DE TERROR Y OMISIÓN GUBERNAMENTAL

Minatitlán, Veracruz.— La ciudad volvió a temblar. No por un fenómeno natural, sino por las balas que irrumpieron la aparente calma de la colonia Insurgentes Norte la tarde de este lunes. Una vez más, el eco metálico de las detonaciones fue más rápido que la respuesta de las autoridades, quienes continúan ofreciendo un espectáculo patético de incompetencia y omisión.

Los hechos ocurrieron entre las calles León Vicario y Zaragoza, donde se registró una intensa movilización policiaca tras múltiples reportes de disparos. Sin embargo, más allá del show de patrullas y uniformados, lo que domina es la incertidumbre, la impunidad y el absoluto silencio oficial.

Dos versiones, cero detenidos, muchas preguntas

La escena —como sacada de una película de narcos— dejó a los habitantes sumidos en el pánico. Versiones preliminares no confirman nada, pero sí evidencian la descomposición: unos aseguran que fueron cuatro sujetos en motocicletas enfrentándose a tiros entre ellos; otros, que se trató de un intento de robo de vehículo frustrado por la resistencia armada de la víctima.

¿Dónde están las cámaras de videovigilancia del municipio? ¿Qué clase de respuesta de inteligencia puede ofrecer una policía que arriba solo para recolectar casquillos como si fueran souvenirs del desastre?

Un operativo sin resultados

Elementos de la Policía Municipal y de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado acudieron al lugar… para no hacer nada. Ni un solo detenido, ni un solo sospechoso identificado, ni una versión oficial clara. Solo la presencia tardía de peritos de la Fiscalía General del Estado que llegaron para levantar indicios que, en el contexto de la ineficacia institucional, probablemente terminen en algún archivo polvoriento.

Minatitlán: rehén de la violencia, víctima de sus gobiernos

Los vecinos están hartos. Con justa razón. Mientras los políticos posan para la foto inaugurando obras inútiles, las colonias siguen bajo asedio. El crimen se pasea con impunidad por las calles, y la respuesta del Estado es siempre la misma: indiferencia, inacción y discursos huecos.

Este nuevo episodio de violencia no es un caso aislado. Es síntoma de una metástasis de inseguridad que se ha normalizado ante los ojos de una clase política cómplice y una estructura de seguridad pública completamente rebasada.

¿Y el alcalde? ¿Y la SSP? ¿Y la gobernadora?

Los habitantes de Minatitlán exigen respuestas, no comunicados ambiguos. Exigen resultados, no operativos de cartón. Exigen seguridad, no excusas.

El estado de Veracruz —y en especial Minatitlán— está al borde de la anarquía, y lo que está en juego no es solo la tranquilidad de una colonia, sino la vida de miles de ciudadanos que ya no saben si volverán con bien a casa.

Silencio oficial, impunidad en las calles. Otra tarde más de terror en el sur de Veracruz. ¿Hasta cuándo?


Redacción Reportaje Veracruzano

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