Morena tambalea en Veracruz: Nahle exige resultados a Zepeta ante amenaza opositora

Xalapa, Veracruz, 27 de mayo de 2025 – En un movimiento que destila urgencia y un dejo de nerviosismo, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, lanzó este lunes un mensaje cargado de intenciones políticas que no pasó desapercibido. Con la mira puesta en las elecciones municipales del próximo 1 de junio, Nahle hizo un llamado velado pero punzante al dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, para que asegure el triunfo en tres bastiones clave: Tantoyuca, Poza Rica y Las Choapas. Sin embargo, detrás de su aparente confianza en que “la gente no se equivocará al elegir”, se percibe una sombra de inquietud: Morena está lejos de tener el control garantizado en estos municipios, y la oposición acecha con figuras que podrían desbaratar los planes del partido guinda. ¿Es este el principio del fin de la hegemonía morenista en Veracruz, o solo un tropiezo pasajero?
Un mensaje que no admite doble lectura
El pronunciamiento de Nahle, aunque envuelto en un tono diplomático, no deja lugar a dudas: la gobernadora está preocupada. Tantoyuca, Poza Rica y Las Choapas, tres municipios estratégicos por su peso político y económico, son el talón de Aquiles de Morena en esta contienda. La mandataria, conocida por su pragmatismo, no solo exhortó a la ciudadanía a “elegir bien”, sino que, de manera implícita, puso en la mira a Ramírez Zepeta, líder estatal del partido, cuya capacidad para entregar resultados está ahora bajo escrutinio. El mensaje es claro: no hay margen para el error, y menos en la tierra natal de Zepeta, Las Choapas, donde el propio dirigente parece incapaz de garantizar una victoria contundente.
Los rostros de la oposición que inquietan a Morena
En Tantoyuca, Joaquín Guzmán Avilés, un político experimentado con raíces profundas en la región, se perfila como una amenaza real. Su capacidad para movilizar a las bases y capitalizar el descontento con Morena podría inclinar la balanza a favor de la oposición. En Poza Rica, Emilio Olvera, con su discurso crítico hacia la gestión estatal, está ganando terreno en un municipio donde el descontento por la infraestructura y los servicios públicos ha sido un caldo de cultivo para el hartazgo. Y en Las Choapas, Jesús “Chucho” Uribe, una figura polémica pero influyente, representa un desafío directo al control morenista, especialmente en un bastión que debería ser inexpugnable para Ramírez Zepeta, oriundo de la región.
Las Choapas: el talón de Aquiles de Zepeta
Particularmente alarmante es la situación en Las Choapas, donde la falta de un triunfo asegurado pone en entredicho el liderazgo de Ramírez Zepeta. Siendo este municipio su cuna política, la incapacidad de consolidar el voto morenista sería no solo un revés electoral, sino una humillación personal para el dirigente. Fuentes locales señalan que la gestión de Zepeta ha sido criticada por su falta de cercanía con las bases y por priorizar alianzas de cúpula sobre el trabajo de campo. ¿Acaso Nahle, con su mensaje, está advirtiendo a Zepeta que su futuro político pende de un hilo?
Un contexto de fragilidad para Morena
El trasfondo de este llamado de atención no puede ignorarse. Morena, a pesar de su dominio en Veracruz durante los últimos años, enfrenta un desgaste natural tras un sexenio de promesas ambiciosas y resultados mixtos. La gobernadora Nahle, quien asumió el cargo con la bandera de la continuidad de la Cuarta Transformación, sabe que un traspié en estas elecciones municipales podría debilitar su propia posición frente a una oposición que, aunque fragmentada, está encontrando oxígeno en figuras como Guzmán Avilés, Olvera y Uribe. La pregunta es inescapable: ¿está Morena perdiendo el pulso de Veracruz?
Nahle bajo presión: ¿liderazgo o desesperación?
El tono discreto pero firme de Nahle sugiere que no está dispuesta a tolerar fallos. Su trayectoria como operadora política y su experiencia en el Senado le han enseñado que el control territorial es la clave para mantener el poder. Sin embargo, su mensaje también revela una grieta: la confianza en Ramírez Zepeta parece estar en entredicho. ¿Es este un intento de Nahle por blindar su proyecto político, o una señal de que el engranaje morenista en Veracruz comienza a descomponerse? Lo cierto es que la gobernadora no puede permitirse un revés en estas elecciones, no solo por el impacto inmediato en los municipios, sino por lo que significaría para la narrativa de la 4T en un estado clave para el proyecto nacional.
¿Qué cuentas entregará Ramírez Zepeta?
El balón está ahora en la cancha de Esteban Ramírez Zepeta. Como líder estatal de Morena, su tarea es clara: entregar victorias en Tantoyuca, Poza Rica y Las Choapas. Pero las señales no son alentadoras. En Las Choapas, su propio patio trasero, el descontento ciudadano y las acusaciones de nepotismo en su círculo cercano —como el caso de 2019 donde un familiar suyo fue señalado por alterar un peritaje en un accidente vial— siguen resonando. En Poza Rica y Tantoyuca, la oposición ha sabido capitalizar el desgaste de Morena, presentándose como una alternativa viable para los votantes desencantados.
El veredicto de las urnas
A pocos días de las elecciones del 1 de junio, Veracruz se encuentra en una encrucijada. Rocío Nahle, con su mensaje, ha puesto el reflector sobre Ramírez Zepeta y su capacidad para mantener la hegemonía de Morena. Pero más allá de los nombres y las estrategias, lo que está en juego es el futuro político de un estado que ha sido bastión de la Cuarta Transformación. ¿Podrá Morena superar las amenazas de Guzmán Avilés, Olvera y Uribe? ¿O será este el momento en que la oposición encuentre la grieta para fracturar el dominio guinda? Las urnas tendrán la última palabra, pero una cosa es segura: Nahle no está dispuesta a ceder terreno sin pelear, y Ramírez Zepeta está en la cuerda floja.
Redacción Reportaje Veracruzano