“NO FUE UNA RIÑA, FUE UNA EMBOSCADA”: FAMILIAS DE LA PERLA CLAMAN JUSTICIA EN ORIZABA ANTE UN ESTADO INDIFERENTE

Orizaba, Ver.— Siete meses después del crimen, las heridas siguen abiertas. Este sábado, dos familias originarias de la comunidad de El Paso, en el municipio de La Perla, se plantaron frente a la Unidad de Procuración Integral de Justicia en Orizaba con pancartas en mano, miradas de rabia contenida y un reclamo que se ha vuelto clamor colectivo: justicia para José Ignacio Morales Bautista y Manuel Rodolfo Bautista Reyes, asesinados el 7 de octubre de 2024.
La versión oficial habla de una riña. Pero las hijas de las víctimas desmienten categóricamente esa narrativa. “Solo nuestros padres fueron asesinados; los otros no tenían ni un rasguño”, señaló Elizabeth, hija de José Ignacio. Karina, hija de Manuel, denunció con voz temblorosa pero decidida: “Mi papá era jornalero, era el sustento de la casa. Nos dejó con hermanos pequeños. ¿Y ahora lo quieren soltar? ¿Eso es justicia?”.
Ambos hombres trabajaban con las manos, no con armas. Eran conocidos por su labor como albañil y jornalero. Su crimen, denuncian los familiares, fue caer en una emboscada que lleva la firma de una familia identificada por años como un grupo generador de violencia en la región. “Operan con total impunidad. Andan armados. Intimidan. El pueblo tiene miedo, pero también está harto”, advirtieron.
El silencio institucional ha sido el otro agresor. A pesar de las denuncias, los testimonios y las amenazas que siguen llegando, la respuesta ha sido lenta, burocrática, casi cómplice. “Ya otro de nuestros familiares fue baleado. ¿Esperan que caigan más para actuar?”, preguntaron las manifestantes, visiblemente agotadas por la espera y la indiferencia.
Pero no están solas. Su reclamo crece. “Si no hay justicia, el pueblo entero bajará a protestar”, advirtieron. Porque lo que está en juego no son solo dos vidas perdidas, sino la dignidad de una comunidad que ha sido condenada al olvido.
Mientras las autoridades ensayan tecnicismos jurídicos y dilatan procesos, las familias de La Perla han decidido levantar la voz. Lo hacen desde la pérdida, pero también desde la resistencia. Porque cuando el Estado no protege, la verdad y la memoria se vuelven trincheras. Y en Orizaba, este sábado, esas trincheras hablaron fuerte.
Redacción Reportaje Veracruzano