Orizaba, secuestrada por una dinastía de ambición: OPLE investiga a Hugo Chahín y Juan Manuel Diez por uso ilegal del poder público

Hugo Chahín Jr. tambalea entre escándalos, corrupción, desesperación y el abandono de su propio padrino político
El proyecto político que pretendía convertir a Hugo Chahín Kuri en el nuevo “delfín” de Orizaba se está desmoronando. Con al menos cinco quejas formales interpuestas ante el Organismo Público Local Electoral (OPLE), tanto el candidato priista como el actual alcalde Juan Manuel Diez Francos están siendo investigados por graves violaciones a la normativa electoral.

Las denuncias documentadas incluyen el uso indebido de programas sociales, presiones laborales a empleados del ayuntamiento, retiro selectivo de propaganda opositora, e incluso amenazas para obligar a los trabajadores a operar políticamente a favor del PRI. Un escenario propio de regímenes autoritarios, no de una democracia moderna.

Todo esto gira en torno al programa social “Defensores de Orizaba”, que ha sido utilizado como fachada de propaganda electoral, y cuya financiación proviene del dinero público que debería destinarse a resolver problemas sociales reales.
Pero lo más grave es que el OPLE, lejos de actuar con diligencia, ha mantenido bajo reserva las investigaciones durante más de 15 días, alimentando así las sospechas de protección institucional a los poderosos de siempre.

LA CAÍDA DE UN HEREDERO SIN MÉRITO
Hugo Chahín Jr. camina cabizbajo por los pasillos del DIF, lejos de las carcajadas con las que antes se pavoneaba, seguro de que su apellido y el respaldo de su padre y de Diez Francos serían suficientes para coronarlo como alcalde.
Hoy, el panorama es otro. El PRI ya no lo respalda, el PAN no lo quiere, Movimiento Ciudadano lo rechaza, MORENA lo aborrece, y en el Partido Verde le piden 50 millones que no puede juntar.

Sus mítines se han vuelto ferias de dádivas públicas: regalitos pagados con recursos del pueblo que ya no engañan a nadie. La ciudadanía asiste a tomar lo que ofrece, pero no le dará su voto.
Para colmo, Alejandro Zairick Morante ha irrumpido como el favorito del sector empresarial, y su cuñado, Efrén Cuevas, a quien había dejado guardando la candidatura del Verde, ya se la entregó a Zairick.
UNA FAMILIA DE CHAPULINES Y CONFLICTOS DE INTERÉS
Hugo no reniega de su linaje. Es hijo de Hugo Chahín Maluly, un político-empresario que ha chapulineado entre partidos durante décadas, en sociedad con Diez Francos. Ambos tejieron una red de poder, favores y corrupción que hoy intenta perpetuarse en el hijo, oculto bajo el nombre de “HUGO”, despojándose de sus apellidos para disfrazarse de “ciudadano común”.

Sin embargo, la ciudadanía no olvida: en 2017, Hugo padre y Diez Francos fueron beneficiarios del comodato de FORO ORIZABA por hasta 15 años, en un dictamen aprobado con la complicidad del entonces diputado panista Rodrigo García Escalante, hijo del ex contralor de Javier Duarte.
¿Conflicto de intereses? Absoluto. ¿Impunidad? Más que evidente.
EL CONTROL TOTAL DEL AYUNTAMIENTO
El gobierno municipal ha sido, en palabras de muchos trabajadores internos, una escenografía electoral al servicio de Chahín Jr.. Tras bambalinas, Román Rodríguez, operador político y estratega de Diez Francos, ha desviado recursos, dirigido eventos, disfrazado “apoyos sociales” y manipulado la narrativa pública para proyectar a Hugo como un líder capaz… aunque no sepa gobernar, ni siquiera hablar en público sin apuntador.

La situación recuerda más a un feudo monárquico que a una ciudad democrática: Orizaba no es gobernada, es heredada.
EL ESCÁNDALO DEL CAMUFLAJE
En redes sociales circulan imágenes de Hugo Chahín vestido con ropa militar y escopeta en mano, mostrando animales cazados. Lejos de generar simpatía, la foto ha sido usada para evidenciar una mentalidad violenta, elitista y desconectada del pueblo.
¿Ese es el futuro alcalde que Orizaba merece?
UNA DINASTÍA QUE SE DESMORONA
En palabras del propio pueblo, “Hugo Chahín Kuri te quiere… pero robar más”. No es solo una consigna sarcástica: es la voz popular ante décadas de saqueo, corrupción y cinismo.

Mientras Juan Manuel Diez ya se lava las manos, coqueteando con alianzas nuevas, el hijo del “Rey Chapulín” se hunde en su desesperación, en medio de investigaciones, abandonos políticos y una campaña que hace agua por todos lados.
La pregunta final es: ¿hasta cuándo permitirá Orizaba ser gobernada por apellidos en lugar de capacidades?
Redacción Reportaje Veracruzano