Ajedrez PolíticoAlerta RojaCorrupciónPoza RicaVeracruz Norte

Poza Rica, al borde del colapso: el reino de excesos y abusos de Fernando Remes y su tesorera

Poza Rica, Veracruz.— A escasos meses de que concluya el desgastado mandato del presidente municipal Fernando “El Pulpo” Remes Garza, la sociedad pozarricense alza la voz con una exigencia irrenunciable: castigo ejemplar para quienes convirtieron el ayuntamiento en una caja chica de intereses personales, mientras la ciudad se hundía en el abandono, la marginación y el hartazgo.

En cuatro años, Poza Rica recibió más de 2 mil 800 millones de pesos provenientes de la federación, una cifra que en otros contextos sería motor de progreso. Aquí, sin embargo, se esfumó entre nóminas infladas, derroche institucional y caprichos de oficina, dejando una estela de pobreza, desempleo y miedo.

La ciudadanía señala con firmeza al propio alcalde y a su cómplice en finanzas, Luz Karina Hernández Andrés, como los rostros visibles de un posible desfalco multimillonario. De acuerdo con diversas denuncias, gran parte del recurso público fue redirigido al goce personal de los funcionarios, quienes se habrían servido con la cuchara grande mientras la infraestructura urbana colapsaba y la inseguridad se disparaba.

Desde el inicio de su gestión, “El Pulpo” llenó el palacio municipal con allegados, disparando el gasto en sueldos y reduciendo la inversión en servicios esenciales. A la par, la tesorera habría autorizado la compra de vehículos ostentosos, que —según testimonios— fueron usados para viajes, lujos y compras exclusivas en otras ciudades, incluyendo la capital del estado.

Uno de los actos más ofensivos, documentado por ciudadanos, fue la adquisición de una camioneta blindada de lujo, superior a los dos millones de pesos, para uso exclusivo del edil. ¿La justificación? Silencio institucional. ¿El contexto? Una ciudad golpeada por la violencia, con calles destruidas, negocios cerrados y una población atrapada entre la desesperanza y la rabia.

Hoy, Poza Rica enfrenta uno de los mayores rezagos sociales en la región, sin inversión productiva, con un mercado laboral agonizante y bajo el acecho del crimen. Para muchos, la administración de Remes representa la peor versión del partido Morena: clientelismo, opacidad y traición a sus propios ideales.

El clamor ciudadano no es menor: se pide la intervención inmediata del Congreso local, la apertura de auditorías profundas y, si corresponde, el inicio de procesos penales contra los responsables del desastre financiero y el abuso del poder. Porque Poza Rica no puede ni debe olvidar.

Aquí no se trata solo de nombres, sino de un sistema podrido que permitió la impunidad como forma de gobierno. El juicio social ya está en marcha. Falta el judicial.

¿Responderán las instituciones o dejarán que otro ladrón se escape entre sombras?

Redacción Reportaje Veracruzano

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba